Los Lectores de la Palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas

jueves, 28 de octubre de 2021
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28/10/2021 – Hoy en “Hablemos de Liturgia” compartimos acerca de la lectura de la Palabra de Dios en la Celebración Eucarística y el Ministerio del Lector.

El padre Mario Sánchez, miembro del Secretariado Nacional de Liturgia, nos acercó algunas recomendaciones para quienes llevan adelante el servicio de lectores.

“La proclamación de la Palabra de Dios que se da en la Liturgia Eucarística, a la cual llamamos ‘Liturgia de la Palabra’, lo tenemos siempre muy presente y después del Concilio Vaticano II, con toda la fuerza de la renovación y la reforma, se fue incrementando este abrir el tesoro de la Palabra de Dios para que llegue más eficaz y más abundante, como decía Pablo VI, para que el Pueblo de Dios tenga una abundancia de esta Palabra de Dios”

“Cuando entramos a un templo vemos el ambón, que tiene que tener un lugar relevante porque es el lugar donde se encuentra el Libro de la Palabra de Dios, que en la liturgia se usa en forma de Leccionario. Desde el ambón ‘proclamamos’ la Palabra de Dios, no solamente leemos sino que la proclamamos, con todo lo que eso significa.”

Es bueno recordar que el del Lector “es un servicio litúrgico de gran importancia, nunca una excusa para intervenir, ni tampoco un ‘derecho’ de nadie. Es un servicio litúrgico de quien sabiendo la importancia de lo que lee, sabe proclamar en público la Palabra de Dios sin arrogancia, ni protagonismo. Todos pueden leer pero siempre y cuando lo realicen adecuadamente”.

Sencillas recomendaciones a los lectores

El lector debe entender la Palabra que proclama; si no la entiende, no puede darle el sentido que tiene. Primero debe ser oyente de esa Palabra -haberla leído antes, captado, rezado- y luego será el portavoz para la Iglesia.

Clara conciencia de que en ese momento se convierte en portavoz de la Palabra de Dios, en su altavoz, para que todos escuchen la Revelación que se da.

-Hay que tener especial cuidado con las palabras difíciles, nombres inusuales, estilo de la misma lectura (poético, narrativo, exhortativo, etc.), y por eso es bueno repasar ante las lecturas.

-Antes de comenzar, cerciorarse de que es la lectura correcta: el libro debe estar abierto,  fijarse en el día de la semana en que se está o en qué fiesta o solemnidad.

Al comenzar la lectura no se lee nunca lo que está en rojo, con tinta roja porque son indicaciones, no texto para leer en alta voz.

-Se comienza diciendo: “Lectura de…” y se termina haciendo una pequeña pausa con “Palabra de Dios”, no seguido, como si formase parte del texto, o leído como si fuera una pregunta “¿Palabra de Dios?”, sino con tono de afirmación-aclamación: “Palabra de Dios”. Como es una aclamación, y no una información, no se dice: “Es Palabra de Dios”, ni tampoco se dirá “Esto es Palabra de Dios”.

El padre Mario Sanchez nos acompaña cada semana en este espacio

Te invitamos a escuchar el programa completo junto al padre Mario Sanchez en el audio que acompaña esta nota