Los niños necesitan tu atención , no tu castigo

jueves, 25 de abril de 2019
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24/04/19- En el ciclo “Fuertes y felices” recibimos a Laura Lewin, docente, escritora y capacitadora. En esta oportunidad hablamos de las emociones, los berrinches y la diferencia entre educar y criar.

En los momentos difíciles es cuando más nos necesitan nuestros hijos, es por eso que tenemos que aprender como padres a estar tranquilos, calmados, a poder responder y no reaccionar ante las cosas que pasan. “El mantener la calma y responder, en vez de reaccionar, es lo que va a permitir que puedas conectarte mejor con tus hijos. Eso significa que debes aprender a autogestionar tus emociones. Después de todo, educar no se trata de qué hace el niño, sino de qué hacemos nosotros en función de eso.”

El berrinche

Muchas veces cuando los chicos tienen un berrinche y nosotros queremos enseñarles , no es el momento, porque los chicos no pueden pensar (y nosotros tampoco). Cuando nos enojamos el cortisol, una de las hormonas del estrés, no nos permite pensar o actuar con claridad. “Cuando un niño tiene una rabieta, le pega al perro, se porta mal; necesita tu atención , no tu castigo. Muchas veces, el adulto le grita o le pega a su hijo, como una manera de sacarse la rabia de adentro. Se siente mejor porque puede aliviar su ira, pero genera un daño que, muchas veces, es muy grande.”

Cuando tienen una rabieta, primero los calmamos y los contenemos. El cerebro no puede pensar con claridad si no está calmo. Una vez que todo se tranquilizó, podemos comenzar a razonar y a reflexionar sobre lo sucedido.

Pasos para calmar una rabieta

1. El primer paso es siempre respirar y mantener la calma.

2 . Explicarle al niño con firmeza, pero con ternura, por qué no puede recibir lo que desea.

3 . Abrazarlo para contenerlo. Es importante que vea que llorar o patalear no lo conducirán a lo que desea.

4 . Crear una distracción. Sería ideal que identifiquen el momento en el que está por comenzar un berrinche; de esta manera, será más fácil distraerlo.

5 . Una vez que el berrinche terminó, pueden conversar en casa acerca del tema, con tranquilidad. Es muy importante dejar en claro que no podemos permitir que el episodio se repita. Pero también es esencial mostrarles cómo deben pedir aquello que necesitan, sin necesidad de pedir a los gritos.

Hay una diferencia enorme entre educar y criar. Educar lleva más tiempo, más paciencia, estar más presente. Tenemos que empezar a trabajar las consecuencias.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.