Los signos de los tiempos

jueves, 23 de octubre de 2008
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En aquel tiempo la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:

“Esta generación es una generación perversa.  Pide una señal, pero no se le dará una señal diferente a la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los ninivitas, lo mismo será el hijo del hombre para esta generación.  Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del sur se levantará en el juicio y los condenará; porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra a escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es mas que Salomón.  Cuando sea juzgada esa generación, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio y la condenarán; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es mas que Jonás”.

Lucas 11, 29 – 32

El primer punto de nuestro encuentro  de hoy es “Dios obra grandezas sin hacer ruido”. El hijo de Dios, Jesús, nace de una mujer que es virgen, tiene padre adoptivo a José, que es carpintero, nace en un pesebre, vive en el silencio de un pueblo muy pequeño, Nazareth, trabaja con las manos junto a su padre, vive entre los suyos como uno mas,de hecho sus paisanos dicen cuando lo ven obrar de grandezas, acaso no es el hijo de José.

Es tentado por el demonio en el desierto, una y otra vez, el responde desde la humildad y la sencillez.

Por eso este pedido de un signo grande, no encuentra en El respuesta.

Todo lo que acabamos de decir recién, nace de una mujer virgen, tiene por padre adoptivo a José, nace en un pesebre, trabaja con las manos junto a su padre, es el hijo de José, por todas estás razones cuando le piden un signo con el que muestre su condición, se niega.

El pedido de un signo grande no encuentra en El respuesta.

En Cristo el mensaje de salvación, llega de la mano de la sencillez y entre signos pobres. Dios obra grandezas sin hacer ruido.

El segundo punto de nuestro encuentro de hoy, podríamos titularlo así: la eternidad entre el espacio y el tiempo. Parece una contradicción porque justamente lo eterno tiene como una referencia diversa al tiempo y al espacio, sin embargo la presencia de Jesú