No hay peor ciego que el que no quiere ver

lunes, 23 de julio de 2018
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23/07/2018 – En el evangelio, los escribas y fariseos le piden a Jesús un signo. En realidad quieren ponerlo a prueba y que Jesús se someta a sus criterios. Jesús se niega a realizar un signo: ya ha sanado leprosos, al servidor del centurión, ha expulsado demonios y calmado la tempestad, entre muchos otros signos. “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. ¿Cómo reconocer los signos de Dios?

 

Catequesis en un minuto

 

Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver un signo hecho por ti.» Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no se le dará otro signo que el signo del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.

Mt 12,38-42

 

Los escribas y fariseos quieren que Jesús realice para ellos una señal, un milagro para que puedan examinar y verificar si Jesús es o no el enviado por Dios según lo imaginaban y esperaban. Quieren someterle a prueba. Quieren que Jesús se someta a sus criterios para que puedan enmarcarlo dentro del esquema de su mesianismo. No hay en ellos apertura para una posible conversión. No habían entendido nada de todo lo que Jesús había hecho.

 

Catequesis completa