“No nos dejemos robar la fraternidad”, Papa Francisco

jueves, 20 de mayo de 2021
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20/05/2021 – En un nuevo programa de “Enseñanzas desde el Magisterio de la Iglesia” finalizamos el Capítulo 5 de la Exhortación Apostólica «Cristo Vive» del Papa Francisco dedicada a los jóvenes.

Junto al padre Javier Soteras, nos adentramos en los puntos en los que el Papa les habla a los jóvenes acerca de la fraternidad, del compromio social y político y del llamado a la misión:

“Tu desarrollo espiritual se expresa ante todo creciendo en el amor fraterno, generoso, misericordioso. Ojalá vivas cada vez más ese “éxtasis” que es salir de ti mismo para buscar el bien de los demás, hasta dar la vida. Cuando un encuentro con Dios se llama “éxtasis”, es porque nos saca de nosotros mismos y nos eleva, cautivados por el amor y la belleza de Dios. Pero también podemos ser sacados de nosotros mismos para reconocer la belleza oculta en cada ser humano, su dignidad, su grandeza como imagen de Dios e hijo del Padre. Por lo tanto, siempre es mejor vivir la fe juntos y expresar nuestro amor en una vida comunitaria, porque todo es más fácil juntos.” (CV 163-164)

Al respecto, el padre Javier comentó que, en este punto el Papa Francisco funda la amistad en la caridad hasta dar la vida. Explicó, además que, ese “éxtasis fraterno” que menciona Francisco, significa salir de sí: “En este aspecto, el Papa comienza a confrontar, en varios números, esa mirada crítica que él tiene sobre la sociedad en su dimensión narcisista y esta propuesta, en contrapunto al narcisismo, con un éxtasis que es estar salido de sí y vinculado al otro y vivir empáticamente desde el otro”.

“Es una sinfonía de la vida fraterna comunitaria y estar fuera de sí, pero no para estar sacado, sino para estar contenidos en el ámbito donde le doy la bienvenida a lo bello y a lo bueno que hay en el otro”. A su vez, señaló que esto implica saber sobrellevarnos mutuamente las cargas que hacen a los costados más frágiles de nuestra condición fraterna”, explicó el padre Javier.

Avanzando en la lectura de la Exhortación Apostólica, nos detuvimos en el punto 165 donde nos dice el Papa:

“Las heridas recibidas pueden llevarte a la tentación del aislamiento, a replegarte sobre ti mismo, a acumular rencores, pero nunca dejes de escuchar el llamado de Dios al perdón. Es vital distinguir al pecador de su pecado y de su ofensa, para llegar a la verdadera reconciliación. Esto significa que odies el mal que el otro te inflige, pero que continúes amándolo porque reconoces su debilidad y ves la imagen de Dios en él”.

“Aquí el Papa Francisco- dice el padre Javier -indica dos movimientos en el alma: el del éxtasis y el de retrotraerme, eso que me hace aislarme”. Referido a este punto, el explicó que en el éxtasis nos damos, en cambio, en el retrotraimiento de la herida, me aíslo:  “¿Cómo combato el discurso del aislamiento?”, se preguntó el padre Javier, a lo que respondió: “Perdonando al pecador y apartándome del pecado”. Es importante saber distinguir- dijo -“la fuerza del maligno y la fuerza del mal de quien ha operado y ha terminado de ofenderme. Es por ello que, el Papa Francisco, nos invita a ser misericordiosos con nosotros mismos, capaces de perdonarnos y de perdonar”.

El padre Javier Soteras nos acompaña cada semana en este espacio

Jóvenes comprometidos

“El amor fraterno multiplica nuestra capacidad de gozo, ya que nos vuelve capaces de gozar con el bien de los otros: «Alégrense con los que están alegres» (Rm 12,15). Un proverbio africano dice: «Si quieres andar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina con los otros». No nos dejemos robar la fraternidad.

“Es verdad que a veces, frente a un mundo tan lleno de violencia y egoísmo, los jóvenes pueden correr el riesgo de encerrarse en pequeños grupos, y así privarse de los desafíos de la vida en sociedad, de un mundo amplio, desafiante y necesitado. Sienten que viven el amor fraterno, pero quizás su grupo se convirtió en una mera prolongación de su yo” (CV 167-168).

El padre Javier dijo que “hay que prestar atención a los grupos cerrados de comunidades que no son abiertas, sino que son una ‘amenaza’ de un mundo malo, cuando en realidad estamos frente a varias cuestiones que son una falsa percepción donde la antropología cristiana de la realidad a la que somos invitados a comprometernos”. Agregó que, si hay algo de lo humano que necesita ser transformado es, entonces, “allí donde nuestro ser cristiano puede colaborar a que aparezca la dimensión oculta de la semilla del Verbo puesta en el corazón de la humanidad”.

Siguiendo con el Documento en el punto 169 leemos: “Propongo a los jóvenes ir más allá de los grupos de amigos y construir la amistad social, buscar el bien común. La enemistad social destruye. Y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra. Porque son incapaces de sentarse y hablar. Sean capaces de crear la amistad social.  No es fácil, siempre hay que renunciar a algo, hay que negociar. Si logramos buscar puntos de coincidencia en medio de muchas disidencias, en ese empeño artesanal y a veces costoso de tender puentes, de construir una paz que sea buena para todos, ese es el milagro de la cultura del encuentro que los jóvenes pueden atreverse a vivir con pasión”.

Al respecto, el padre Javier dijo que aquí “se contrapone la amistad social contra la enemistad social e invita a crear una amistad social desde la cultura del encuentro”. Sumando que, “en la diversidad social es sano encontrar los puntos de acuerdo y desde ese lugar construir y estar en comunión y en lo que no estamos de acuerdo, saber respetarnos”.

Escuchá el programa completo en el audio al inicio de esta nota