Oración del peregrino a Santiago

lunes, 25 de julio de 2016
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Guiados por la fe
hacia ti y contigo, Santiago, cada peregrino
encuentra su propio milagro.
En ti y contigo, Santiago, quien mira hacia el cielo
siente que está llamado a vivir con Cristo
a sentir y avanzar, por los caminos de la vida,
con Aquel que, en el camino, dejó una cruz con su sello.

Hoy, caminando contigo,
descubrimos la belleza que te hizo grande e invencible.
Sabemos que, tus pies, se pusieron en movimiento
porque tuvieron la intuición de que fue tierra firme
de que, más que polvo, eran luz hacia lo divino.

Que descubramos, Señor Santiago,
que la vida de cada uno,
es un pequeño santuario en el que podemos
dar cobijo o, por el contrario, desterrar a Dios.
Que sepamos, Señor Santiago,
agarrarnos a la cruz que fue tu gloria,
para no desplomarnos por los senderos inciertos,
en los que, la falsedad y el todo vale,
nos aleja de aquello que trajiste contigo: el Evangelio.

Acoge, apóstol con ruido de trueno,
las súplicas de los que en este día festejamos tu proeza.
Danos valor en la lucha, para que no decaigamos.
Danos ilusión en la palabra, para que tenga sabor a Dios.
Danos empeño en el trabajo, para que no nos desanimemos.
Danos visión de futuro, para que no nos quedemos en el presente.
Danos oración en lo que hacemos, para que no seamos activistas.
Danos silencio en el ruido, para que escuchemos la voz del Señor.
Danos agua en el camino, para que renovemos nuestro Bautismo.
Que sepamos vivir, el camino de nuestra existencia,
con los pies en la tierra, con los ojos en el cielo,
con el corazón en el Evangelio,
y con el pensamiento en la eternidad.
Amén.

P. Javier Leoz