Pequeños gestos para sanar y santificarnos

lunes, 10 de septiembre de 2018
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10/09/2018 – Jesús aparece en el evangelio curando la mano de un hombre que la tenía paralizada. Lo hace en sábado, ante la mirada crítica de los fariseos que consideraban que no podía hacerlo durante el sabat. Confianza y docilidad.  Dios es capaz de hacer las cosas que nosotros menos nos imaginamos, por eso la confianza y la docilidad es lo que Jesús nos pide. Dejemos que Dios haga lo que está dispuesto a hacer en nuestras vidas.

 

Catequesis en un minuto

El Señor, que conocía bien los pensamientos y las intrigas de aquellos que amaban más la letra de la Ley que al Señor de la Ley, le dijo al hombre de la mano enferma: Levántate y ponte en medio. Y levantándose se puso en medio. Y Jesús, mirando a su alrededor, fijando su vista en todos ellos, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y este hombre, a pesar de sus experiencias anteriores, se esforzó en lo que decía el Señor, y su mano quedó curada.

Aquel enfermo sanó ante todo gracias a la fuerza de las palabras de Jesús, pero también por su docilidad en llevar a cabo el esfuerzo que se le pedía. El Señor nos pide esta misma actitud: confianza en Él y en poner por obra aquello que está a nuestro alcance y que Él nos insinúa en la intimidad de la oración.

Catequesis completa