Primer anuncio: compartir la fe con alegría

viernes, 7 de septiembre de 2018
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07/09/2018 Inauguramos un nuevo ciclo los viernes por la tarde, “Compartiendo la fe con alegría” un espacio para la reflexión y la acción en torno al primer anuncio de la mano de Pablo Alois, docente, catequista y vicepresidente de Alpha Argentina.

“Compartiendo la fe con alegría, busca ahondar en el primer anuncio como una realidad a la que estamos volviendo en este tiempo de la iglesia, ya en Aparecida pero aún más fuerte desde el magisterio del Papa Francisco;  no hay que conformarse con que anunciamos a Jesús en algún momento de nuestra vida, sino hay que renovarlo y hacerlo con un nuevo impulso”, expresó Pablo compartiendo el corazón del espacio que inicia esta primera semana de septiembre.

En sintonía con la propuesta del Sínodo de Córdoba, pero abrazando también otras instancias de ciclo que se van dando en otras provincias argentinas y que se vuelve una inspiración del espíritu para este tiempo de la iglesia: “¿Qué es esto del primer anuncio y cómo se encaja dentro del proceso de evangelización?, ¿Dónde podemos evangelizar?. Tenemos la tentación de pensar que la evangelización es tema de curas y religiosos y es tema de todos, la invitación es que la iglesia salga a la calle, es necesario compartir la fe y con alegría”.

 

La alegría como centro del anuncio

La alegría va unida al primer anuncio, es parte y complemente del mensaje que busca despertar la esperanza entre aquellos que son parte de esta dinámica de misión en salida: “La alegría es una clave dentro del papado de francisco y lo vemos en sus documentos. En la evangelización es importante el cómo y el qué, es decir el primero desde el gran mensaje y riqueza del evangelio; pero también es importante como lo anunciamos”

“Somos muy buenos para dar catequesis, la catequesis es una parte del proceso de evangelización, no puede darse sino llevamos a la persona al encuentro con Jesús;  eso es el primer anuncio: presentarle a las personas a Jesús que muere y resucita por amor a nosotros”, cerró Pablo dando cuenta de la centralidad de aquello que definimos como Kerygma o primer anuncio.

 Para cerrar nos invitó a darle lugar al espíritu en este tiempo de la iglesia y en esta invitación a caminar un nuevo ciclo: “Hay que dejarlo al espíritu obrar en nosotros, abrir la cabeza y el corazón para animarnos a formas nuevas”.