Renovar la mirada con misericordia

viernes, 13 de septiembre de 2019
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13/09/2019 – Viernes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario

“En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.”

San Lucas (6,39-42)

Este pasaje del Evangelio de San Lucas es una invitación a concretar ese “Evangelio de la Misericordia” que trata el Señor y que se hace muy palpable en el Evangelio de Lucas.

En este fragmento de la palabra de Dios hay una gran invitación que es a relacionarnos con los demás y a tener en cuenta como nos relacionamos con los otros, sobre todo con aquellos con los cuales estamos enfrentados. Por eso el texto habla del no juzgar, de como tratar a los enemigos.

Jesús viene, precisamente, a traernos esta invitación: que podamos amar a todos. Nadie puede quedar excluido del amor de Dios y, según el evangelio de este viernes, el modo en que se concretiza ese amor de Dios en como nosotros miramos a los demás.

Hoy, nuestra mirada debe ser renovada, ennoblecida, purificada por la Misericordia. El desafió esta en descubrir como hacer para mejorar, para purificar mi mirada y lograr que se acerque a la mirada del Señor.