Riesgos y beneficios del reconocimiento facial aplicado a la seguridad

miércoles, 12 de febrero de 2020
image_pdfimage_print

12/02/2020 – Vivimos en una época en la que la tecnología avanza o se desarrolla a pasos agigantados, y produce herramientas y productos que, en general, no son ni buenos ni malos en sí mismos, ya que la valoración moral o ética depende de cómo se los use, con qué fin, y de qué manera.

Entre estas herramientas tecnológicas están las aplicaciones cibernéticas que utilizan lo que se llama la inteligencia artificial, que es la combinación de algoritmos que, instalados en un sistema, permiten crear aplicaciones y/o máquinas que presenten capacidades similares a las de los seres humanos.

Esa inteligencia artificial se usa hoy para un montón de cosas en la esfera privada, por ejemplo en los teléfonos celulares, pero también en la esfera pública, a raíz de que los Estados, los países, los gobiernos recurren a estas tecnologías para lograr objetivos concretos en la aplicación de políticas administrativas, de gestión, de seguridad, etc.

Una de las aplicaciones que utiliza inteligencia artificial y que más están aplicando algunos países para la seguridad o para combatir la inseguridad, es la que permite el reconocimiento facial de personas mediante la utilización de cámaras de video en lugares públicos.

Identificar y localizar a personas que están prófugas de la Justicia puede permitir a las autoridades detenerlas y hacer más eficaz la persecución del delito. Pero junto con los que alaban los beneficios de esta aplicación están quienes la cuestionan.

Santiago Trigo, miembro del Laboratorio de Investigación en informática forense (Infolab), dialogó con Radio María Argentina y, respecto a esta tecnología sostuvo: “Es verdad que si uno no es delincuente no debe tener miedo o problema que sea captado por esta tecnología de reconocimiento facial pero, existe una premisa que dice que “cualquier sistema que puede ser utilizado para vigilancia, será utilizado para vigilancia”. Si uno no tiene nada que ocultar, nadie tiene nada que mirar y eso es lo principal que se pone en el eje de esta cuestión. Osea, si yo no tengo nada que ocultar no tiene que haber un sistema que me tenga que estar reconociendo porque, si en ese caso esto sucede estaría violando la intimidad de la persona y la ley”.

El especialista también aseguró: “Yo no digo que este mal la implementación del reconocimiento facial porque de hecho es una buena metodología para detectar delincuencia y delincuentes, lo que digo es que hay que poner en la balanza, y hay que generar un debate sobre el impacto que genera en la sociedad la implementación de este tipo de sistemas”.