Se puede y se debe ser santo

jueves, 14 de agosto de 2014
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14/08/2015 – En el día que celebramos a San Maximiliano Kolbe compartimos algunos fragmentos de diálogos que mantuvo con  jóvenes. Maximiliano supo vivir hasta el extremo la enseñanza de Jesús de que “no hay amor más grande que dar la vida por los amigos”. Así fue capaz de entregar su vida en un campo de concentración en Auswitz a cambio de la de un padre de familia.

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Se puede y se debe ser santo

He aquí un diálogo del padre Kolbe con los jóvenes:

-¡Quiero que sean santos y grandes santos!

-Padre, ¿no le parece pedir demasiado?

-¡No! La santidad no es un lujo, sino un deber y un compromiso de familia. Dios lo quiere: “¡Sed santos, porque yo soy santo!”, Todo hijo ha de imitar a su madre. Nuestra madre es la Inmaculada, la santa. Por eso debemos ser santos.

-Pero ser santo ¿no es algo engorroso?

-No, muchachos, es lo más sencillo y fácil. ¿Tienen una tiza? Pues bien, aquí sobre el pizarrón voy a escribir la fórmula de la santidad. ¡Cómo es de simple!

Escribe: v = V = S

-Es apenas una ecuación. La v minúscula es nuestra voluntad. La V mayúscula es la voluntad de Dios. Cuando estas voluntades chocan, es el dolor, el sufrimiento. Cuando estas dos voluntades se identifican, cuando nuestra voluntad se identifica con la de Dios, es la santidad, es la paz del corazón. ¡Que sencillo es! ¿Verdad? (En Winowsca p.153)

“La vida es breve, hemos de emplear todo nuestro tiempo… Se vive una sola vez. Es necesario ser santos, no a medias, sino totalmente, para gloria de la Inmaculada y la mayor gloria de Dios” (En Ricciardi p.306). Así Maximiliano Kolbe hizo una modificación de la consigna de San Ignacio enseñando que “No solo para gloria de Dios sino para la máxima gloria de Dios”

“¡Todo esto se aprende de rodillas! (En Winowka p. 154).

Fase San maximiliano