“Semana Santa, una invitación a meditar hasta dónde llega el amor de Dios”, propuso la hermana Érika Godoy

jueves, 18 de abril de 2019
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18/04/2019 – En el ciclo espiritualidad contemplativa, la hermana dominica Érica Godoy del Monasterio San Alberto Magno, en Lavalle, Corrientes, reflexionó en torno a cómo se vive la Semana Santa en el monasterio y cómo aprovechar estos días para cultivar la vida interior.

Y este último aspecto, la hermana Érika nos invitó a mirar la cruz, porque “El Señor en la cruz estuvo desnudo”, dijo. También propuso “Meditar hasta dónde llega el amor de Dios”, porque “todo fue creado por Él”.

¿Cómo viven la Semana Santa las monjas contemplativas?

En este aspecto, expresó que “Para nosotras es un tiempo muy fuerte, muy especial para todos, pero nosotras que estamos en un microclima de silencio, de recogimiento, nos prepara para este tiempo fuerte, donde estamos terminando la Cuaresma y dando comienzo al triduo Pascual”.

Al mismo tiempo, la hermana Érika destacó “El esmero que ponemos para vivir estos días, no solamente quedarnos con los rituales o con las cosas que hay que hacer, sino que nuestro esmero es para el Señor”, acertó.

“Nuestra vida gira en torno al Señor e intentamos seguirlo en lo que Él nos llama, seguirlo desde lo que somos, mujeres normales”.

El amor que venció las tinieblas

“A mí me quedó de tantas meditaciones, de tanto hurgar, meternos en esa hondura de ese amor maravilloso del Señor, una reflexión del padre Raniero Cantalamessa, que tiene en su libro La fuerza de la cruz, donde él expresa: <En la pasión del Señor, el mal agotó todas sus fuerzas>, “porque el amor es mucho más grande”, recalcó la hermana Érika.

Tal vez mucha gente piensa que es sólo un ritual, pero no, en el fondo, es celebrar un misterio que nos toca a cada uno, donde en estos días se resuelve el problema, por eso el gozo, se resuelve el problema de la muerte, del dolor, se resuelve el problema del demonio también -clarificó- porque el demonio existe y en el Apocalipsis está, le hará la guerra a todos los hijos de la luz, y los hijos de la luz somos todos aquellos que estamos intentando seguir al Señor”.

“Entonces, sería bueno verlo desde esta perspectiva, como algo que nos compete a todos y nos estamos perdiendo, por eso, los invito a pedir la gracia de recibir al Señor, decirle a Él: mostrame tu amor, revelame tu amor”, concluyó la hermana dominica Érica Godoy del Monasterio San Alberto Magno, en Lavalle, Corrientes.