¿Tenés miedo a decepcionar a los demás?

martes, 15 de junio de 2021
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11/06/21- El miedo a decepcionar a los demás lo podemos tratar desde el llamado “síndrome de impostor”. Los psicólogos clínicos que trabajan con este síndrome han identificado algunos patrones que tienden a repetirse, como -por ejemplo- la sensación permanente de que uno es falso en términos intelectuales, y además de que esa falsedad en algún momento va a ser descubierta.

La sensación recurrente es que los demás piensan que yo sé mucho de un tema, pero en realidad no sé tanto, me da miedo que se den cuenta de que no sé. Eso lleva a una hiperdedicación a las tareas en el ámbito en el que las personas se desempeñen y eso lleva a una forma de tratar de evitar la sensación temida, que es una sensación fantaseada, no es una sensación real, de que van a descubrir su baja calidad intelectual. Tienden a ser personas muy autoexigentes, tremendamente responsables, porque desde su punto de vista hay que hacer lo que sea posible para evitar que se descubra su falsedad intelectual o llegar a perder el reconocimiento en el campo profesional y familiar.

Este tema lo tratamos junto a la Lic. en psicología Adriana Guraieb, quien nos acompaña en el programa “Hoy puede ser”, conducido por Verónica La Forgia.

Falsa modestia
La especialista dice que las personas que sufren este síndrome “tienen la sensación de no estar nunca a la altura; de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces; de ser impostores, un fraude”. Podemos llamarlo modestia patológica”. Hay ciertas características que los identifican: recurrente falta de confianza, tienen miedo de estar engañando permanentemente a las personas, constante inseguridad en diversos campos, una vivencia o expectativa que le va a ir mal, baja autoestima. Esto trae aparejado ansiedad, tristeza y desesperanza.

Consejos para afrontar el síndrome
-Hablar sobre lo que nos hace sufrir, reconocer los pensamientos negativos y trabajar para cambiarlos es un primer paso para combatirlo. Enfocarse en renunciar a los malos.
-Asumir que nadie es perfecto, y que, por tanto, no tenemos que serlo. Hay que tomar riesgos y ser amable con nosotros mismos.
-No compararse con los demás.
-Aceptar que hemos tenido que ver con nuestros éxitos, permitir que las felicitaciones y los halagos aparezcan sin excusarse o restarle valor.
-Enfrentarse a la situación de parálisis y pasar a la acción, eso nos ayudará a demostrar que no somos un fraude.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título