Varón y mujer, nacidos para el amor

jueves, 6 de julio de 2017
image_pdfimage_print

CatequesisAudiovisual (26)

06/07/2017 – Dios creó al hombre varón y mujer por amor y para amar. Todos estamos llamados al amor, en sus diferentes formas. Continuando con la reflexión en torno al catecismo profundizamos en torno al 6º mandamiento que invita a “no cometer actos impuros”, pero sobretodo, a amar en plenitud.

 

 

¿Qué quiere decir que el ser humano es un ser sexuado?

Dios creó al hombre como varón y mujer. Los creó el uno para el otro en el amor. Los creó para la transmisión de la vida. [2331-2333,2335,2392]

Ser varón o mujer marca profundamente al ser humano; es un modo diferente de sentir, una forma diferente de amar, una vocación diferente en relación con los hijos, otro camino de fe. Dado que quería que existieran el uno para el otro y se complementaran en el amor, Dios hizo diferentes al hombre y a la mujer. Por eso el hombre y la mujer se atraen sexual y espiritualmente. Cuando el esposo y la esposa se aman y se unen corporalmente, su amor encuentra una profunda expresión sensible. Así como Dios es creador en su amor, el hombre puede ser creador en el amor dando vida a los hijos. 0 64,260,416-417

 

¿Existe una primacía de un sexo sobre el otro?

No. Dios ha concedido a hombres y mujeres la misma dignidad como personas. [2331,2335]
Los hombres y las mujeres son personas creadas a imagen de Dios e hijos de Dios redimidos por Jesucristo. Es tan poco cristiano como poco humano el discriminar o postergar a alguien por ser varón o mujer. La igualdad en dignidad y en derechos no significa sin embargo uniformidad. Un falso igualitarismo, que ignore la peculiaridad propia del varón y de la mujer, es contrario a la idea creadora de Dios. 61,260

 

¿Qué es el amor?

El amor es la entrega libre del corazón. [2346]

Estar lleno de amor quiere decir que algo gusta tanto que uno sale de sí mismo y se entrega a ello. Un músico puede entregarse a una obra maestra. Una educadora de jardín de infancia puede estar con todo su corazón a disposición de sus pupilos. En toda amistad hay amor.

Una forma de amor particularmente hermosa es, sin embargo, el amor entre el varón y la mujer, en el que dos personas se entregan mutuamente para siempre. Todo amor humano es una imagen del amor divino, en el que todo amor se encuentra. El amor es el interior más íntimo del Dios trino. En Dios hay intercambio constante y entrega perpetua. Por el desbordamiento del amor divino los hombres participamos en el amor eterno de Dios. Cuanto más ama el hombre tanto más se hace semejante a Dios. El amor debe caracterizar toda la vida de la persona, pero debe realizarse de un modo especialmente hondo y significativo allí donde el varón y la mujer se aman en el matrimonio y se hacen “una sola carne” (Gén 2,24). 309

¿Cuál es la relación entre amor y sexualidad?

Sexualidad y amor van inseparablemente unidos. El encuentro sexual necesita el ámbito de un amor fiel y seguro. [2337]

Donde se separa la sexualidad del amor y se busca únicamente por la satisfacción, se destruye el sentido de la unión sexual de varón y mujer. La unión sexual es una hermosa expresión, corporal y sensual, del amor. Las personas que buscan el sexo sin amar, mienten, porque la cercanía de los cuerpos no corresponde a la cercanía de los corazones. Quien no mantiene la palabra de su lenguaje corporal perjudica a la larga al cuerpo y al alma. El sexo se vuelve entonces inhumano; queda degradado a instrumento de placer y se rebaja al nivel de una mercancía. Sólo el amor comprometido y duradero crea el ámbito necesario para una sexualidad vivida humanamente.

 

¿Qué es el amor casto? ¿Por qué debe un cristiano vivir castamente?

Un amor casto es un amor que resiste a todas las fuerzas, internas y externas, que quieren destruirlo. Es casto quien asume conscientemente su sexualidad y la integra bien en la persona. Castidad y continencia no son lo mismo. También quien tiene una vida sexual activa dentro del matrimonio debe ser casto. Una persona actúa castamente cuando su acción corporal es expresión de un amor seguro y fiel. [2338].

No hay que confundir castidad con mojigatería. Un hombre que es casto no es juguete de sus deseos, sino que vive conscientemente su sexualidad a partir del amor y como expresión del mismo. La impureza debilita el amor y oscurece su sentido. La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del varón y de la mujer. La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual.

 

CatequesisAudiovisual (25)

 

¿Cómo se puede vivir un amor casto? ¿Qué nos ayuda a ello?

Vive castamente quien es libre para amar y no es esclavo de sus instintos y pasiones. Todo aquello que ayuda por tanto a convertirse en un ser humano más rico en relaciones, más maduro, más libre y más lleno de amor, ayuda también a amar castamente. [2338­2345]

Uno se hace libre para amar mediante el dominio de sí, que hay que alcanzar, ejercitar y mantener en todas las edades de la vida. A eso ayuda permanecer, en toda circunstancia, fiel a los mandamientos de Dios, evitar las tentaciones, alejarse de cualquier forma de doble vida o doble moral, y pedir a Dios que me proteja de las tentaciones y me fortalezca en el amor. En definitiva, poder vivir un amor puro e indiviso es una gracia y un don maravilloso de Dios.

 

¿Debe ser casto todo el mundo, también los casados?

Sí, todo bautizado está llamado a vivir la castidad, ya sea joven o viejo, viva solo o esté casado. [2348-2349,2394]

No todas las personas están llamadas a vivir el matrimonio, pero todas están llamadas al amor. Estamos destinados a entregar nuestra vida; unos en la forma del matrimonio, otros en la forma del celibato voluntario por el reino de los cielos, otros, viviendo solos y, sin embargo, al servicio de todos. Toda vida encuentra su sentido en el amor. Ser casto quiere decir amar sin división. Quien no es casto está dividido y no es libre. Quien ama verdaderamente es libre, fuerte y bueno; puede entregarse en el amor. Así Cristo, que se ha entregado totalmente por nosotros y al mismo tiempo totalmente al Padre del cielo, es modelo de castidad porque es el prototipo del amor fuerte.

 

¿Por qué se opone la Iglesia a las relaciones sexuales prematrimoniales?

Porque quiere proteger el amor. Una persona no puede hacer a otra un regalo mayor que el don de sí misma. “Te quiero” significa para ambos: “Sólo te quiero a ti, te quiero totalmente y te quiero para siempre”. Puesto que esto es así, no se puede decir en realidad “Te quiero” a prueba o por un tiempo, tampoco con el cuerpo. [2350, 2391]

Algunos creen tener propósitos serios en sus relaciones prematrimoniales. Y, sin embargo, éstas contienen dos reservas que no son compatibles con el amor: la “opción de dejarlo” y el temor a tener un hijo. Dado que el amor es tan grande, tan santo y tan irrepetible, la Iglesia pide con insistencia a los jóvenes que esperen a estar casados para tener relaciones sexuales. 425

 

¿Cómo se puede vivir como joven cristiano cuando se vive en una relación prematrimonial o ya se han tenido relaciones prematrimoniales?

Dios nos ama en cada momento, en cada circunstancia poco clara, también en cada situación de pecado. Dios nos ayuda a buscar la verdad completa del amor y a encontrar el camino para vivirla de forma cada vez más clara y decidida.

En conversación con un sacerdote o con un cristiano digno de crédito y con experiencia, las personas jóvenes pueden encontrar un camino para vivir su amor de forma cada vez más clara. En ello experimentarán que toda vida es un proceso y que, pase lo que pase, siempre se puede comenzar de nuevo con la ayuda de Dios.

 

Padre Mario Sánchez

Material elaborado en base al Catecismo de la Iglesia Católica