Vivir según el Espíritu Santo

martes, 21 de abril de 2020
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21/04/2020 – En esta ocasión, la Comunidad Belén abordó el tema del Espíritu Santo junto a su fundador, el padre Adrián Santarelli. María Marta Anzizar se refirió a la Tercera Persona de la Santísima Trinida, el nuevo pentecostés que vive la humanidad en tiempos de pandemia y la poderosa intercesión de la Virgen María. “Cuanto más el Espíritu Santo encuentra a María en un alma, más se vuelve operante y poderoso para reproducir a Jesucristo en esa alma, y esa alma en Jesucristo”, decía san Luis María de Montfort

“El dogma de la Trinidad está presente en nuestra fe como un Dios en tres personas divididas y unificadas a la vez. La primera persona es llamada el Padre, la segunda persona es llamada la Palabra o la Encarnación del Verbo y la tercera persona es llamada el Espíritu Santo, siendo este el { Señor y dador de Vida´. Ahora bien, ¿cómo discernir este misterio que, es el mismo Dios a la luz de la tercera persona, Dios Espíritu Santo, a lo largo de la historia de la humanidad? San Juan Pablo II, en su audiencia del 13 de mayo de 1998, dice que él cuando se refería al Espíritu solo podía contemplarlo y esa contemplación en realidad, no era fácil, si el mismo Espíritu no viene en ayuda de nuestra debilidad. Nuestra ayuda es la Sagrada Escritura, una primera alusión se encuentra ya en las primeras líneas de la Biblia, en el himno a Dios creador con que comienza el libro del Génesis. Para decir espíritu se usa aquí la palabra hebrea ruah, que significa soplo y puede designar tanto el viento como la respiración. Cuando la fe del pueblo de Israel había llegado explícitamente a la concepción monoteísta de Dios, al tomar conciencia del poder creador del único Dios, llegó a intuir que Dios creó el universo con la fuerza de su Palabra”, dijo Anzizar.

“Unido a ella, aparece el papel del Espíritu, cuya percepción se vincula la palabra al aliento de los labios. Este aliento vital y vivificante de Dios no se limitó al instante inicial de la creación, sino que sostiene permanentemente y vivifica todo lo creado, renovándolo sin cesar. Esto significa para nosotros hoy, que la Creación no es un evento de un tiempo pasado, sino que es el continuo regalo de Dios en todo tiempo. Desde la más humilde partícula hasta la mas alta etapa de conciencia de nuestra vida. En cerca de cien pasajes del Antiguo Testamento el ruah de Yahveh indica la acción del Espíritu del Señor que guía a su pueblo, sobre todo en las grandes encrucijadas de su camino. Ya en el Antiguo Testamento aparecen dos rasgos de la misteriosa identidad del Espíritu Santo, que luego fueron ampliamente confirmados por la revelación del Nuevo Testamento. El Espíritu es comunicado con total gratuidad a cuantos son llamados a colaborar con él en la historia de la salvación. Y cuando esta energía divina encuentra una acogida humilde y disponible, el hombre es arrancado de su egoísmo y liberado de sus temores, y en el mundo florecen el amor y la verdad, la libertad y la paz”, sostuvo María Marta.

Por su parte, Silvana García Calabria habló del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento: “Para nosotros, los cristianos, la Encarnación del Verbo es el momento en que DiosHijo se encarnó en la Virgen María por el poder del Espíritu Santo y asumió para siempre la naturaleza humana sin dejar su naturaleza divina, en obediencia a Dios Padre para reconciliar a la humanidad perdida por el pecado original. Hablamos en el encuentro pasado con el padre Adrián de María como Madre de Dios y Madre de la Humanidad. No quisiéramos dejar de mencionar a San Maximiliano Kolbe y su infinita devoción a la Inmaculada Concepción. Con profundidad genial desarrolló los múltiples aspectos contenidos en la noción de Esposa del Espíritu Santo, tan conocida en la tradición patrística y teológica, y sugerida por el Nuevo Testamento. Kolbe señala que se trata de una analogía que hace entrever la unión inefable, íntima y fecunda entre el Espíritu Santo y María.

Por último, Anzizar se refirió al Espíritu Santo en la Iglesia, lo que conocemos como Pentecostés. “La venida solemne del Espíritu en el día de Pentecostés no fue un suceso aislado, es un hecho que no acontece hoy, en el que debemos tener la mirada puesta y el corazón esperanzado, el 31 de mayo se celebrará esta fiesta con una nueva efusión del Espíritu. Vivir según el Espíritu Santo es vivir de fe, de esperanza, de caridad; dejar que Dios tome posesión de nosotros y cambie de raíz nuestros corazones, para hacerlos a su medida. Una vida cristiana madura, honda y recia, es algo que no se improvisa, porque es el fruto del crecimiento en nosotros de la gracia de Dios. Es una alianza de amor entre Dios y los hombres con la poderosa intercesión de María Santísima, Sierva de Dios y Madre de la humanidad”, manifestó María Marta.