“Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”

jueves, 20 de febrero de 2014
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Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?".Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas"."Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías".

Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él.Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días;y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo.

Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".


                                                                                                                    Marcos 8,27-33

 

20/02/2014 – En la catequesis de hoy el padre Daniel Nardini, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la ciudad de Córdoba, nos invitó a reflexionar el Evangelio del día desde la misma pregunta que Jesús les hace a los dicípulos "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"


La consigna es muy simple, pero agarremonos porque son las mismas palabras del Señor quien pregunta, y nosotros tendremos que responder: Y para ustedes ¿quién soy yo?

Todo este evangelio , el de Marcos está como dividido en dos grandes partes y lo que lo divide es este capitulo, la profesión de fe de Pedro. Ésta afirmacion que hace Pedro en el versiculo 29 toma toda la expectativa de Israel sobre el Dios que salva.

Los discípulos iban por el camino; ir por el camino no es solo un detalle más en el Evangelio, es em el camino en donde el Señor pregunta, dialoga con los ellos. Este camino que vienen haciendo junto con Jesús desde que lo conocieron.

La vida de la fe es siempre un camino. Y es en este diálogo caminante, peregrino en donde Jesús nos hace éstas preguntas también a nosotros.

La gente no tenia muy claro quien era Jesus, veían en Él alguien religioso, asociaban a Jesús con una misión, con una realidad propia del pueblo de Israel. La gente no terminada de compreder quien era Jesús y esto es un dato importante para nosotros que, como discipulos de Jesús, compartimos nuestra vida con la calle, con distinta gente. Podemos preguntarle a nuestro vecino, taxista, hijos, colectiveros, etc. ¿Quién es Jesús para ustedes? Podríamos sorprendernos porque no siemrpe Jesús es para ellos lo que Jesús es. Tal vez respondan que“Esun fenómeno religioso” “El barba” “Alguien a quien le pido algo que necesito” Nos hemos quedado con un Jesús que es un hecho cultural.

Las preguntas que Jesús hace tienen un doble mensaje. En pimer lugar, al preguntar “¿Quién dice la gente que soy?” los discípulos pueden saber qué piensan de Él y conocer a donde tienen ellos que llevar Su mensaje. Y la segunda pregunta, es la fundamental para Jesús “Y ustedes¿quien dicen que siy yo?” Porque ésta respuesta que los discíplos puedan dar, depende de como ellos han caminado con Jesús. Como han ido conociendo a Jesús.

Cuando Pedro le dice  “Tu eres el Cristo” es una respuesta que manifiesta toda la expectativa que había puesta en el tiempo de Jesús sobre el Mesías que debia venir, el que estaban esperando. Cristo que es el Señor enviado, el Emanuel, el Dios con nosotros que vino para restablecer el Reino de Dios. Pero frente a esta respuesta había diferentes pretensiones: algunos creian que iba a venir a librar a los israelitas de los romanos, o que era un mesías que iba a ser exitoso, con un reino de gloria, de poder, de venganza. Por eso Jesús pone, ante la respuesta de Pedro el anuncio de la pasión, dejando en claro que él es el Señor que, a través de la muerte y resurreción, hace nuevas todas las cosas.

La fe es un don pero también es una decisión. Muchas veces nosotros en la fe buscamos delegar nuestra libertad en Dios, proyectamos nuestras carencias y frustaciones.Es un don que se nos da, de creer, sin delegar ni proyectar nuestro miedo a ser libres.

Sería bueno que nos preguntemos también: ¿Nuestar fe en Jesús ha hecho de nosotros hombres libres o temerosos que esconden su miedo detrás de un fenómenos religioso?

La libertad también nos hace confiar nuestro dolor al Señor. Nos hace saber que creer en Jesús es abrazar el mensaje de Jesús, la vida.

Debemos caminar junto a Jesús tratando de responder siempre a éstas preguntas que Él nos hace: ¿“Quién soy yo para la gente? ¿Quién soy yo para ustedes? Esto nos ayudará a crecer y madurar progresivamente nuestra fe.

Dejemos siempre a Jesús que se manifieste en libertad en nosotros. Este Evangelio nos regala la posibilidad de descubrir que Jesús es el Señor y que  por su Pasión, muerte y resurrección, nos invita a participar de su vida divina para que podamos entrar en comunión con él.

                                                                                                                           Padre Daniel Nardini