Amor a veces mudo, mas Amor siempre presente

miércoles, 15 de julio de
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Conozco tus silencios, el sabor del vacío, el gusto de la nada, es que sé más de desolación que de otra cosa y sin embargo, también conozco los destellos de Tu inmensidad, la esperanza de Tu luz, la alegría desbordante de estar en Tu presencia.

Conozco de silencios abrumadores y escalofriantes cuando busco soluciones rápidas y apariciones mágicas pero sé también no solo de Tu dulce y acogedora presencia en las grandes tormentas de la vida que todo lo tiran abajo (excepto a Tu amor), sino también de tocar el cielo con las manos en la simpleza cotidiana y tener plena conciencia de esos efímeros momentos de comunión con el misterio de Tu amor.

Conozco la incertidumbre ante el futuro y también la paz de saberme en Tus manos.

Conozco mi pobreza y, a tu pesar, debo admitir que a menudo la desprecio porque no me sé mirar con la ternura de Tus ojos, me molesta no ser como quisiera, me molesta no estar a la altura de Tu amor (porque aunque sé que Tu amor es siempre regalo, a veces me repito esa falacia de creer que puedo hacer algo para “merecerte”, Amor hecho infinitamente don) , y sin embargo, acá estás Vos, queriéndome en cada traspié , alentándome a intentarlo una vez más y a levantarme con la mirada puesta en Ti.

Conozco el vacío de no sentirte pero cuánto más ha calado en mí la plenitud de vivir en Vos que ya no quiero otra cosa, ni la monotonía de las rutinas no vividas, ni los sueños esclavizantes, ni el éxito marketinero que insisten venderme por doquier. Yo probé tu vida en abundancia y por tanto, solo quiero vivir mis días en Vos. Esperar paciente que pasen las tormentas mudas y el cielo se despeje de miedos y solo quedes Vos y Tu vida en plenitud. Esperaré en Tu amor a veces mudo, mas amor siempre presente, querido Jesús.