A su imagen y semejanza Dios creó al hombre

viernes, 6 de enero de 2017
image_pdfimage_print

15747508_1641360662544512_1063081842062742295_n
06/01/2017 – Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó.” Gn 1,27

El hombre ocupa un lugar único en el mapa de la creación porque ha sido creado por Dios. Hay un rasgo de la presencia de Dios en el hombre, manifiesto en la capacidad de amar. El hombre aparece como un ser único en la creación. El intérprete de lo creado es el hombre: el gran interprete de la creación aunque no siempre lo logre.

Es tiempo de recuperar nuestro parecido a Dios que nos invita a reconstruir con él el mundo que ha creado. El hombre es el único ser creado al que Dios ha amado por sí mismo. Estamos invitados a participar en la vida de Dios. estamos llamados a se presencia de Dios en el mundo con capacidad de amarnos, amándolo.

“Ciertamente nada que no fuera el amor inextinguible con el que Dios contempla a su creatura, te dejaste cautivar por ella, por amor le diste un ser capaz de gustar tu ser eternos” esta es la gran dignidad a la que el hombre se abre.

Nosotros tenemos la dignidad de persona por haber sido creados por Dios, por Alguien que tenemos capacidad de conocer.

Dios creo todo para el hombre pero al hombre lo creo para amar Dios.

Las capacidades que tenemos para elegir, gustar, sonreír, de todos los rasgos que tiene la humanidad ¿Cuál es el que más te llama la atención? ¿Cuáles te admiran y te ayudan e invitan a ir por más?

Acaricia tu perro o gato, mira tu loro, toca una planta y veras que hay una diferencia entre eso y cuando mirás a tu amigo, a tu hijo, a tu vecino ¿Te das cuenta de la diferencia? Es porque tenemos un alma que nos asemeja a Dios. El hombre es querido por Dios.

A menudo el termino alma designa toda la persona humana, lo más intimo del hombre. No somos una cosa, de lo que se puede consumir y luego tirar. Es un hecho sagrado lo humano y ante esto debemos prestar reverencia para ofrecerle al hombre lo que merece por ser imagen y semejanza de Dios.

Como se ha cosificado el ser humano a causa del consumismo. El hombre ni es para ser consumido, ni es una cosa fácil de manejar. El hombre es un misterio para contemplar.