Jesús nos lleva a una nueva ley

jueves, 14 de junio de 2018
image_pdfimage_print

14/06/2018 – En Mateo se presenta al hijo de Dios como el nuevo Moisés y el nuevo legislador. El texto del evangelio de hoy está dentro de la unidad mayor de Mt 5,20 hasta Mt 5,48. En esta unidad Mateo muestra cómo Jesús interpretaba y explicaba la Ley de Dios. Por cinco veces repitió la frase: “Han oído que se dijo, ¡pero yo les digo!” (Mt 5,21.27.33.38.43). En opinión de algunos fariseos, Jesús estaba terminando con la ley. Pero era exactamente lo contrario. Decía: “No piensen que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a acabar, sino a darles pleno cumplimiento (Mt 5,17). Ante la Ley de Moisés, Jesús tiene una actitud de ruptura y continuidad. Rompe con las interpretaciones erradas que se encerraban en la prisión de la letra, y reafirma de forma categórica el objetivo último de la ley: alcanzar la justicia mayor que es el Amor. Es el amor el que da vida nueva a la ley orientando en lugar de coartar.

 

Catequesis en un minuto

 

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.  Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Mateo 5,20-26

 

 

La ley es un sendero para seguir y entrar en vínculo con Dios y no un cerrojo. De ahí que Jesús diga a los fariseos que ellos son un obstáculo, ni entran ni dejan entrar. Por eso en Jn 10, el Señor habla del buen Pastor como quien hace entrar y salir a las ovejas.

En todo proceso educativo los mandatos y leyes que vamos recibiendo como modo de comportamiento que crea cultura y nos va socializando. La vida está normada y todos nosotros contamos con mandatos recibidos en el proceso educativo e intentar descubrir cuáles nos conducen a la vida y cuáles no. En cierto modo es lo que Jesús plantea. Los mandatos son buenos si contienen la vida, pero si la ley mata no tiene sentido.

Sería bueno revisar en nuestra vida los mandatos recibidos en cada una de las etapas de la vida, en la familia, en la vida social de familia, colegio, cultura, etc. Y de ahí distinguir qué es bueno y da vida y qué nos lleva la muerte.

En las comunidades para las cuales Mateo escribe su Evangelio había opiniones diferentes ante la Ley de Moisés. Para algunos no tenía sentido. Para otros tenía que ser observada hasta los mínimos detalles. Por esto había muchos conflictos y enfrentamientos. Unos llamaban a otros imbéciles e idiota. Mateo trata de ayudar a los dos grupos a superar los conflictos que surgen dentro de la familia y de la comunidad.

Por eso a la hora de revisar nuestras propias leyes, es bueno poder descubrir dónde necesitamos más presencia de amor. A veces los mandatos se definen en el tono: por momentos aparece casi la represión y en otras hay sugerencias cargadas de contenido afectivo. En todos los casos es la fuerza del amor la que libera y fortaleza. ¿Dónde necesitamos presencia de amor de Jesús que nos libere, y dónde el amor nos invita a hacernos fuertes?. Jesús nos lleva a una nueva ley.

 

Catequesis completa