“No se que hubiera pasado si Angelelli y Bergoglio no nos hubieran ayudado”, afirmó el nuevo Obispo Auxiliar de Santiago del Estero

jueves, 29 de junio de 2017
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28/06/2017 – Cuando era seminarista, el Padre Enrique Martinez Ossola recibió un gran favor de parte del fallecido Obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angelelli, y del entonces Provincial de los Jesuitas, Padre Jorge Bergoglio. Actualmente, el padre Martínez Ossola, quien se desempeña en la provincia de La Rioja como párroco y vicario general, está esperando para asumir como nuevo Obispo Auxiliar de Santiago del Estero. Esto ocurrirá el próximo 18 de agosto. En diálogo con Nestor Rocchiccioli, el Padre “Quique”, como lo conocen en La Rioja, expresó sus impresiones respecto de este nombramiento: “Monseñor es un título medio pomposo, prefiero que me sigan diciendo Padre Quique. Esto lo tomo con mucha tranquilidad porque es algo que no he buscado ni anhelado. Yo pensaba que Francisco elige a obispos jóvenes, pero esta vez me tocó a mí, que tengo 65 años”.

El Padre Martinez Ossola recordó que conoció al Papa Francisco desde cuando Bergoglio era Provincial de los Jesuitas, en la década del 70. Corría el año 1975 en el país, cuando tres jóvenes seminaristas provenientes de La Rioja (entre ellos el actual Padre Quique) eran admitidos en el colegio Máximo, de San Miguel, en el gran Buenos Aires, por Bergoglio. En apariencia eran simplemente muchachos en camino a ser sacerdotes que a pedido del obispo riojano, Enrique Angelelli, iban a profundizar sus estudios teológicos en el instituto de la Compañía de Jesús. Hasta que al año siguiente, tras el asesinato camuflado de accidente automovilístico, de Monseñor Angelelli, tuvieron conciencia de que estaban siendo protegidos del embate sin piedad de los represores en La Rioja, una protección que asumió el padre Bergoglio.

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El Padre Quique indicó que “los jesuitas que por esos años estaban en La Rioja eran obreros de la Palabra y soldados de Jesús”. Respecto del asesinato de Monseñor Angelelli, el ahora Obispo Auxiliar de Santiago del Estero recordó que “el Padre Bergoglio estaba en un encuentro de superiores, fuera del país. Apenas llegado de Ezeiza, él vino a nuestro cuarto en la madrugada para hablar con nosotros del tema. Eran las 2 de la mañana. Estuvimos conversando hasta la 4 de la mañana dándonos confianza y contención”. También recordó que “en marzo de 1976, los militares nos allanaron la casa de los seminaristas en La Rioja, pero ya no estábamos allí. No se que hubiera pasado si Angelelli y Bergoglio no nos hubieran ayudado antes”.