“Somos interlocutores de un mensaje del que no somos dueños”, indicaron los obispos cordobeses
11/07/2019 – Este miércoles comenzamos a vivir un nuevo Retiro Arquidiocesano de Córdoba para todo el país bajo el lema pastoral: “El Espíritu Santo nos anima. Caminamos juntos” y con la presencia en nuestros estudios de la patrona de la comunidad, la Virgen del Rosario del Milagro, y del santo Cura Brochero. Como en años anteriores, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, y sus auxiliares, monseñor Pedro Torres y monseñor Ricardo Seirutti, fueron quienes predicaron el retiro que estuvo atravesado por el libro de los Hechos de los Apóstoles, el bello texto escrito por el evangelista Lucas que presenta al Espíritu Santo como el gran protagonista de la vida comunitaria de los primeros cristianos.
En primer lugar, monseñor Náñez se hizo eco de la carta pastoral y las orientaciones y lineamientos que el arzobispado cordobés diera a conocer al cerrar el XI Sínodo Arquidiocesano. Desde ese texto explicó en qué consiste la sinodalidad como clave de identidad eclesial. “La sinodalidad expresa el modo de ser Iglesia desde el encuentro, la escucha y el diálogo”, indicó el pastor cordobés. Y agregó: “La carta pastoral y las orientaciones y lineamientos llevan mi firma, pero destacó que surgió de una construcción sinodal, entre todos. Esto es lo que nos propone el papa Francisco para este tiempo”.
Luego, monseñor Torres se refirió a la santidad como horizonte de vida y puso como ejemplo “a veces un poco olvidado” el martirio de san Esteban. “En el XI Sínodo Arquidiocesano nos acompañaron los santos cordobeses y de una manera misteriosa también lo hizo santa Teresita del Niño Jesús. En Córdoba se lo quería mucho a san Esteban, había una posta que había iniciado el fundador Jerónimo Luis de Cabrera y que llevaba su nombre. Pero quizás lo hemos olvidado un poco. Este santo es un modelo de primer anuncio que se hace oración e intercesión”.
Más adelante, monseñor Seirutti abordó el tema del primer anuncio recordando que “el centro del mismo es el kerigma, el amor de Dios que en Cristo nos primerea, nos sana, nos libera y nos transforma”. Uno de los obispos auxiliares cordobeses indicó que “vivimos la hora de salir al encuentro de los demás, En ese encuentro, el Señor mismo se hará anuncio y abrazo. Queremos ser una Iglesia que sale a buscar a las personas donde viven, trabajan, descansan y se divierten”.
Nuevamente tomó la palabra monseñor Ñañez, quien habló de una Iglesia en salida, que es interlocutora de la Buena Noticia. “La salida es una clave esencial de la experiencia creyente, y ella debe ser respetuosa y alegre. ´No podemos callar lo que hemos visto y oído`, ni dejar de reconocer la presencia del Señor que nos llega en los hermanos y acontecimientos, de ser anunciados por otros, de ser interlocutores de un mensaje del que no somos dueños”, sostuvo. “Hay que considerar la posibilidad de ser rechazados o fracasar en nuestro intento por salir al encuentro de los demás. En el capítulo 13 del libro de los Hechos vemos que a los apóstoles Pablo y Bernabé no les va tan bien, de hecho los echan. Pero ellos tienen conciencia de la misión que tienen y no cesan en su cometido. Tenemos la certeza que es el Espíritu Santo el que toma las riendas de la Iglesia”, añadió.
Finalmente, monseñor Torres se explayó sobre la atención a los pobres, basándose en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 3 donde se relata sobre el mendigo que se encontraba postrado en la puerta de un templo. “La Iglesia se ha descubierto siempre pobre a través de la vida de los santos. Hay historiadores paganos que decían que lo que más había contribuido a desarrollar el cristianismo en el mundo es su humanismo con los extranjeros, su acogida para con toda clase de seres humanos e incluso el hacer el bien a los pobres, sin mirar de qué credo eran”, manifestó. El próximo miércoles 17 de julio, nuevamente entre las 20 y las 21,30 horas, podrás vivir a través de Radio María Argentina la segunda entrega de este Retiro Arquidiocesano de Córdoba para todo el país bajo el lema pastoral: “El Espíritu Santo nos anima. Caminamos juntos“.