Hoy, Señor, no vengo a pedirte por mí ni por los míos.
Vengo con el corazón repleto de agradecimiento.
Te doy gracias, Señor, por mi mamá, por su ternura
y su cariño, por su fortaleza y su capacidad de renuncia.
Nadie me conoce como ella; de hecho, ella
misma fue formando mi corazón.
Te doy gracias porque en todas ellas hay un poco
de Vos escondido. De hecho, Vos sos Padre y Madre.
Gracias, Señor, porque sabiendo lo que significa una
madre, nos dejaste a la tuya.
Te doy gracias por mamá, porque fue refugio
en mi gestación; porque su amor y protección
me mantuvieron con vida cuando todavía
era incapaz de valerme por mí mismo.
Te doy gracias por ella, porque mientras
soy joven ella sigue estando junto a mí por más
que tantas veces yo no sepa valorarla y
hasta rechace sus consejos.
Gracias por su amor de madre; por ser capaz
de renunciar a todo por mí, por haberme
prestado de su cuerpo y de su alma.
Te doy gracias Señor por ser hijo, por recibir
la gratuidad del amor de mis padres, o de aquellos
que cumplieron su rol.
Tu amor siempre se manifiesta en ese alguien
que hizo de madre o padre con nosotros.
Hoy me doy cuenta que nunca voy a poder
retribuir tanto amor.
Te pido que bendigas a mi mamá,
que le devuelvas en el 101% tanta vida,
tiempo, dinero y corazón entregado por mí.
También te pido que me des la gracia
de ser un buen padre o madre.