[vc_row][vc_column width=”1/1″][vc_column_text]La Oración de la Horas nos permite consagrar el día a Dios, volver nuestra mirada a El y resignificar los distintos momentos de la jornada, para vivirlos con El y desde El.
Así van siendo santificadas todas las horas de nuestras jornadas, y todo el tiempo de nuestra existencia va quedando impregnado de oración, de alabanza, de súplica, de intercesión y de acción de gracias. Nuestra vida, se hace una “ofrenda permanente”. “La Liturgia de las Horas es santificación de la jornada” (Pablo VI, Laudis canticum 2).[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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