Padre Bueno, vos estás contemplando a muchos
corazones liberados por la presencia de tu amor.
Somos como luciérnagas que vuelas por los aires
con la certeza de que la luz que pusiste en nosotros
puede iluminar a muchos más para que despierten
a tu experiencia de amor también.
Te agradecemos tanto amor derramado
en cada uno de nosotros.
Posiblemente muchos de nosotros de
los que estamos aquí no hayamos experimentado
del todo lo que significa ser amado por Vos.
Que en estas horas, mientras esta semilla
se ha sembrado en nuestro corazón,
que explote la experiencia de amor y
que a lo largo de la semana podamos de verdad experimentar,
como Moisés, como Simón Pedro, como Pablo, que tu amor nos vence
que es más que toda resistencia, que es más que toda razón.
Recibí Señor Dios, Padre nuestro, nuestro corazón que se libera
como se liberan los trapecista que vuelan de un lugar a otro,
sabiendo que Vos nos recibís entre tus manos.
Padre de infinita bondad, en Cristo Jesús nos consagramos
y confiamos en tu infinito amor por la obra del Espíritu Santo, amén.
Padre Javier Soteras
al cierre de uno de los encuentros de Alpha