El Peregrino de la esperanza

sábado, 24 de marzo de 2012
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La llegada del Papa Benedicto XVI a México ha sido una gran fiesta. Desde muy temprano en el aeropuerto una multitud de mexicanos entonaron canciones y desplegaron bailecitos mientras esperaban la llegada del Santo Padre.
La puerta del avión ya estaba abierta y aún no podía verse al Santo Padre, con suma expectativa los fieles, autoridades gubernamentales y el cuerpo cardenalicio esperaban ver la figura de Benedicto XVI asomando por la puerta del avión. Y llegó ese minuto en que todo fue júbilo, todos recibieron con un gran aplauso y gritos de alegría al Papa Benedicto XVI.

El presidente mexicano, Felipe Calderón le dio una cálida bienvenida. En su discurso se refirió a las dificultades y desafíos que enfrenta el pueblo mexicano, azotado por el drama del narcotráfico y la inseguridad que esto genera en el país. Luego fue el turno de Benedicto XVI, tal como se esperaba y en muy buen castellano, el Santo Padre confirmó lo que ya sabíamos. Su visita al continente americano viene de la mano del mensaje de Esperanza de Jesús.

La juventud del Papa se hizo notar durante la bienvenida, a él se lo vio sonriente, tal vez un poco cansado pero también lleno de gozo. Luego de las palabras de bienvenida, el Santo Padre se tomó tiempo para saludar uno por uno, además de a las autoridades, a los jóvenes y niños que le daban su mano y le sacaban alguna foto.

María de Guadalupe estará contenta de celebrar la visita del Papa con todo el continente americano, le pedimos especialmente ella, la Guadalupana, que guíe nuestros pasos en la tierra de Juan Diego.