Energía nuclear: ¿sinónimo de progreso o retroceso?

jueves, 10 de enero de 2019
image_pdfimage_print

Planta nuclear de Embalse – Córdoba

10/01/2019 – Los defensores de esta fuente de energía la ven como una alternativa a otras que producen gases de efecto invernadero. Para los detractores, se trata de una actividad peligrosa, cuyos costos totales no se han tomado en cuenta.

La Argentina cuenta con tres centrales nucleares, dos en la provincia de Buenos Aires, que son Atucha I y II, y la otra en Embalse en Córdoba.

Las dos bonaerenses están paradas, por problemas técnicos, y la cordobesa fue puesta nuevamente en marcha a principio de este mes tras estar paralizada desde diciembre de 2015, por una refacción programada de sus reactores, tras un rediseño que llevó 10 años.

Pero muchas preguntas surgen respecto a la generación y utilización de este tipo de energía. Al respecto dialogamos con Sergio Federovisky, periodista especializado en temas ambientales quién subrayó que, en la utilización de la energía nuclear no hay “pros” y “seguir apostando a la energía nuclear es una mirada completamente vieja de la generación eléctrica (…) los costos sociales, ambientales y los daños que produce un accidente nuclear son sumamente devastadores. Aparte, la energía nuclear es muy cara y uno de los factores ambientales más grabes es la radiactividad en sus residuos que pueden durar, probablemente, varios miles de años”.

Finalmente, Federovisky aseguró que, “el mundo desarrollado está abandonando a pasos agigantados la energía nuclear luego del desastre de Fukushima. Alemania, España y otros varios países de Europa dieron por terminado sus proyectos nucleares”.

“Nucleoeléctrica Argentina”, que opera las centrales nucleares argentinas, informó que alcanzó con éxito, el 4 de enero pasado, “la puesta a crítico en el reactor” de la Central nuclear de Embalse. De esta forma, el reactor inició su segundo ciclo operativo por un período de 30 años.

Fernando Colautti es periodista del Diario La Voz del Interior y a seguido de cerca el proceso de refacción de esta planta nuclear. Sobre la reacción de los habitantes de las zonas aledañas a la central Colautti relató: “las impresiones sobre el reinicio de funcionamiento de la central son muy de cada uno (…) la impresión general, sobre todo en la zona núcleo, en la zona que rodea a la central nuclear, me parece que es dual. Por un lado es claro el impacto económico y laboral que la central nuclear tiene en esa zona. Por otra parte, existe entre muchos habitantes los resquemores o las dudas respecto el eventual impacto ante un accidente de tipo nuclear”.