Eucaristía dominical multitudinaria

lunes, 26 de marzo de 2012
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La cima del cerro está coronada por el monumento a Cristo Rey. Fue elegido este lugar porque “el Cristo Rey es para el pueblo mejicano símbolo de la lucha por la libertad religiosa”, explicó el Nuncio Apostólico en Méjico, Cristophe Pierre. Tiene 20 metros de altura, y con sus brazos abiertos, está ubicado en una cima de 2.580 mts.

La Escuela Superior de Música de la Arquidiócesis de León y el Instituto Pontificio de Música Sacra de la Diócesis de Celaya son los responsables de preparar la música de la Misa y la orquesta para la celebración, integrada por 260 músicos.

También hay un Himno compuesto especialmente para esta primera visita de Benedicto XVI que habla sobre la bienvenida al papa y su presencia en Méjico y en el continente americano.

La silla papal y el reclinatorio para esta ceremonia fueron creados por un grupo de ocho carpinteros leonenses y tiene elementos representativos de la ciudad de León y el Vaticano tallados a mano.

La Arquidiócesis de León informó que el Cáliz para la Misa es traído desde Roma por el Papa y lo dejará de recuerdo en Méjico.

En su mensaje de la homilía el Papa se referiere a la situación por la que atraviesa el país, donde se refleja dolor al tiempo que hay esperanza para el pueblo mexicano y otros de America latina.

El Pontífice encabeza el rezo del Ángelus en el que pide por las familias que están divididas o forzadas a la migración por la pobreza, la corrupción, la violencia, el narcotráfico y la criminalidad.

En sus palabras hace mención cariñosa de la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego, y recuerda que Juan Pablo II decidió durante su vida visitar el cerro del Cubilete y que se alegrará desde el cielo de esta visita papal.