La reforma previsional, el ajuste, los medios y los chivos expiatorios

viernes, 15 de diciembre de 2017
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jubilados

15/12/2017 – Argentina tiene que modificar o achicar el déficit fiscal y el sistema previsional. El propio presidente Mauricio Macri lo afirmó en una entrevista periodística con el canal internacional de noticias CNN. Señaló que si no se produce un achicamiento del déficit, la economía en Argentina estará a punto de estallar.

Todo indica que es muy delicada la situación económica e institucional que atraviesa el país. Pero las alternativas de salida habrá que buscarlas por caminos que no sean los del ajustar aún más a los más pobres que ya vienen padeciendo mucho y desde hace mucho.

Por eso ha tenido mucha relevancia la posición tan clara que ha tomado la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba, con repercusión en medios de todo el país. Nada más y nada menos que pedir que no se profundice la situación de carencia de los jubilados nacionales y de los pensionados, que están entre los que menos tienen.

La sencillez y valentía del reclamo fue difundida por algunos de manera tendenciosa. Como se hizo en el portal Infobae que tituló la información de la siguiente manera: “Un sector de la Iglesia que responde al papa Francisco pidió votar en contra de la reforma previsional”.

No hace falta leerlo de nuevo para “entender” lo que quieren que la gente entienda. Como si el Papa estuviera al frente de una posición partidaria, o como si la Iglesia fuera la opositora a la acción del Gobierno.

Se trata, una vez más, de una forma muy burda de manipulación que suelen emplear algunos medios de comunicación asociados con el poder de turno -y también el propio poder político- que consiste en intentar salir de una circunstancia por demás compleja buscando y encontrando un “chivo expiatorio”.

Puede ilustrar esta reflexión parte de un escrito de la psicóloga Pilar Alberdi sobre el “chivo expiatorio”. Se señala allí que “las personas, como la luna vista desde la Tierra, tenemos nuestro lado oscuro, como diría Jung. Incluso estamos sumamente capacitados para ver los defectos ajenos, mientras que esos mismos defectos seríamos incapaces de encontrarlos en nosotros. Pero no son sólo los individuos los que tienen su lado oscuro, su lado en sombra; también los tienen las familias” y hasta los países, podemos agregar.

“El ‘chivo expiatorio’ o incluso, la ‘oveja negra’ -agrega el texto- es aquel que carga o a quien se hace cargar con los temas emocionales inconscientes de la familia” o en la Nación. Termina siendo la “portadora del síntoma familiar” o como el “paciente identificado”. De hecho, lo habitual es que sea la familia -o el país- quien lo señale.

Algo de esto podrían estar intentando hacer algunos con la Iglesia y con el papa Francisco, en medio de esta situación de conflicto. Por eso lo advertimos desde aquí.

Los problemas complejos como los del déficit fiscal y la crisis del sistema previsional requieren soluciones complejas, no “chivos expiatorios”. Por eso suenan tan livianas y poco felices, las expresiones como las de un periodista muy importante que, analizando el mensaje de la Pastoral Social, le reclamó a la Iglesia propuestas técnicas para solucionar el déficit. Como si la Iglesia fuera un partido político, una bancada parlamentaria o una consultora técnica. El aporte de la Iglesia es la exhortación a no perjudicar a los más vulnerables como son los jubilados y a buscar las soluciones mediante el diálogo (no con violencia), como ha expresado la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina.

Las soluciones económicas y técnicas, nos parece, deberían buscarse en otra u otras partes, que no siempre son señaladas por estos medios de comunicación. Y los recursos que faltan -y que el Gobierno nacional con anuencia de los gobernadores propone sacarles a los jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones sociales- deberían buscarse en las regalías petroleras, en los grandes negocios que se están por hacer con la explotación del yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta; o en la esperada participación comprometida de un empresariado que ha visto con muy buenos ojos la llegada al poder de quienes hoy tienen la responsabilidad del Estado, y que a la hora de poner o de dar, ha preferido solamente ganar.

Hace tiempo que la Argentina espera del empresariado un mayor compromiso; que no piensen solamente en términos de mercado cuando definen su participación en los destinos de la Nación. El propio presidente Macri lo dijo.

Parece un dato evidente de la realidad que el Gobierno nacional está buscando obtener de los que menos tienen, lo que no encontró o no recibió de los que más tienen. Ese tampoco es el camino.