“Mensajero de paz, mensajero de amor, que le das esperanza a mi corazón”

Esta bella melodía, himno oficial de la visita del Santo Padre a México suena una y otra vez en nuestras mentes y nos sorprendíamos más de una vez tarareándola, como esas canciones pegadizas que dan vueltas en la cabeza por horas y que, en honor a la verdad, queremos que siga allí y nunca se nos olvide.

La escuchamos estos 3 dias en la tv, en las radios, en los comercios, en las calles de México. La melodía que este pueblo le quiso regalar al Papa, y que sin duda quedará grabada para siempre en nuestros corazones.Una canción que, cuando en el futuro volvamos a escucharla, se agolparán sin duda recuerdos hermosos de este breve pero intenso paso de Benedicto XVI por tierras mexicanas.

El sucesor de Pedro que, tal como lo esperábamos, vino a traernos, a todos hombres y mujeres de México y América la palabra del Señor: palabras de aliento, de esperanza, de paz, de consuelo, de confianza, de amor. Una invitación a grandes y chicos, humildes y poderosos, analfabetos e intelectuales, a volver nuestra mirada a Cristo glorioso y crucificado fuente de fortaleza y "secreto de la felicidad".

Benedicto XVI culmina su paso por México y ahora continua su peregrinar a Cuba, donde también lo espera un pueblo sediento de amor, de la mirada misericordiosa de Jesús, que muy bien reflejan los ojos ancianos y bondadosos de nuestro amado e incansable "peregrino de la Caridad" .

¡México, te despide! ¡Cuba te espera ! Y nosotros detrás tuyo, siguiendo tus huellas, para no perder ni una sola de tus palabras, para a la vez, ser comunicadores de ella a todo tu pueblo .

La Guadalupana te envía, y en Cuba te recibe la Virgen de la caridad del Cobre. A ella, a María, encomendamos esta segunda etapa de este peregrinar para que sea un tiempo enorme de Gracia para estos pueblos y para toda América .

Padre Javier y Adriana