«Estamos enfermos de violencia»: Mons Ñañez frente al asesinato de un cura cordobés

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Mons. Ñañez

 

02/09/2015 – Vecinos de la ciudad cordobesa de Alta Gracia, marcharon para pedir que se esclarezca la muerte del padre Luis Jesús Cortez, quien fue asesinado en su casa. Se investiga si el crimen se produjo durante un robo.

La población de esa localidad fue en una manifestación pacífica hasta la comisaría, y le reclamó al Jefe de Policía que acelere la investigación y que el caso no quede impune.

Durante el velatorio del sacerdote, el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñáñez, denunció que «la Argentina está enferma de violencia» y que la sociedad «está empezando a transar con la muerte».

En diálogo con Radio María  Monseñor Carlos Ñañez, Arzobispo de Córdoba, comentó que tras la muerte del  P. Luis «reflexionaba sobre aquello que hace bastante tiempo el Papa Juan Pablo II denominó la cultura de la muerte. En realidad sería la anti-cultura que se opone a una auténtica cultura de la vida.

Tenemos que ser conscientes que la sociedad argentina está padeciendo esta enfermedad. Cuesta a veces admitir, como le cuesta a un enfermo, a veces, tomar conciencia de su propia dolencia, pero si no lo hace no va a acudir al médico, si no acude al médico no va a tener el tratamiento ni los remedios que necesita. Entonces nosotros tenemos que superar es actitud de suficiencia, ¿quién nos va a enseñar a nosotros?. Tenemos que reconocer que tenemos una enfermedad que hay que empezar a superarla en el hogar, en el barrio, en la sociedad tratando de quitar la estreches de vista y las múltiples causas.

Además, el Padre Carlos, tomó la expresión que la Iglesia viene teniendo y que lo ha tomado el Papa Francisco «La inequidad social es fuente de resentimiento y de violencia, pero no sólo eso, también expresiones que se dan en la vida familiar y en el trato cotidiano donde vamos dando lugar a la violencia. Y esto sube, y cuando la vida no se valora debidamente, después aparecen estas expresiones, como en el caso de la muerte del P. Luis que fue asfixiado». 

La reacción de la sociedad no es solamente una manifestación, que también tiene su importancia, sino por un lado la reacción de desaprobar las acciones violentas y por otro cultivar actitudes constructivas desde la sencillez de la vida en la familia y proyectándola a la sociedad.

El Arzobispo también animó a la esperanza: «Así como tenemos esta enfermedad tenemos una potencialidad de solidaridad en nuestro pueblo que tenemos que desarrollar». Allí recordó el mensaje del Papa Francisco que resuena fuerte «no tengamos miedo de ser buenos. No tengamos miedo de la ternura»: «Donde hay verdadera ternura hay espacios para una mutua acogida, para el respeto y para la delicadeza, y eso cuando es cultivado verdaderamente tiene su proyección para la sociedad».