¿Qué se celebra el Domingo de Ramos?

viernes, 22 de marzo de 2013
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Con el Domingo de Ramos comienza la Semana Santa, que comprende la profecía del triunfo pascual de Cristo y el anuncio de su Pasión. Estos dos aspectos del misterio pascual se han de poner de relieve tanto en la predicación como en la celebración de este día .
 
Para una reverente y fructuosa celebración del Domingo de Ramos se debe tener presente, en primer lugar, la entrada del Señor Jesús en Jerusalén, la cual se debe conmemorar con una procesión, en la cual los cristianos celebran dicho acontecimiento, imitando tanto las aclamaciones como los gestos que hicieron los niños hebreos cuando salieron al encuentro del Señor. Esta procesión ha de ser única y debe tener lugar antes de la Misa en la que haya más presencia de fieles.Otro elemento muy importante del Domingo de Ramos es la proclamación de la Pasión. Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres las personas que hagan las veces de Cristo, del cronista y del sanedrín.
 
En una de sus reflexiones, el Padre Ángel Rossi nos da una pista para esta Semana Santa que se avecina: "El Domingo de Ramos se nos presenta como una interpelación: ´Semana Santa, ¿entramos o no? La ascensión de Jesús hacia Jerusalén comenzó mucho antes, pero llega aquí a su punto más álgido. Es una fiesta ‘agridulce’: por un lado reconocen a Jesucristo como Rey; pero por otro comienza su soledad. Tratemos de ubicarnos con nuestra imaginación a la entrada de Jerusalén: estamos a la entrada, junto a Jesús. Él entra, y nos pregunta: ´¿Entrás conmigo?` Responder afirmativamente es entrar, pero para ir a la pasión y a la cruz. Por supuesto, será para después ir a la resurrección. Jesús nos dice: Él que trabaje conmigo de día y vele conmigo de noche, el que me acompañe en las penas, también me va a acompañar en la gloria`. Jesús entra al momento más crucial de su vida, y como hombre no puede no sentir la resistencia a este camino doloroso. Hasta ahora, los discípulos venían siguiendo a un hombre fascinante, escuchando palabras encantadoras de bondad, de misericordia, de humildad, de sanación. Ahora el seguimiento, si se mantienen en la decisión de hacerlo, cambiará de forma y tomará la forma del despojo. Y seguir a un ‘despojado’ no es nada atrayente. A esto se refería Jesús cuando decía ´el discípulo no es menos que su Maestro`. En la Semana Santa, en ese camino que va desde la puerta de la ciudad hasta el Gólgota del Viernes Santo y hasta el sepulcro vacío del Domingo de Resurrección, hay un lugar que el Señor reserva para vos. Hay un momento dentro de la Pasión que es para vos. Y el desafío si decidís entrar en la Semana Santa con todo el corazón, es encontrarlo: será por las calles de Jerusalén, quizá sentado en la mesa de la Eucaristía, será en el lavatorio de los piés, será sentado junto a él en el patio, en soledad, será en el Via Crucis, o quizá al pie de la Cruz junto a María… no lo sabemos. Dios lo sabe y eso basta. El Señor no defrauda. El no se deja ganar en generosidad. Quien lo busca lo encuentra. A quien golpea su puerta, se la abre. No perdamos esta ocasión tan linda, esta cita de amor no transferible ni postergable. En esta Semana Santa dejémonos decir: ´El Señor está allí y te llama`; para que buscándolo nos encontremos a nosotros mismos".