Espíritu santo, vení a perfeccionar la obra de Jesús comenzó en mí.
Que llegue pronto el tiempo de una vida llena en tu Espíritu.
Derrota toda presunción natural que encuentres en mí.
Quiero ser sencillo, lleno del amor de Dios, y constantemente generoso.
Que ninguna fuerza humana me impida hacer honor a mi vocación cristiana.
Que ningún interés, por descuido mío, vaya contra la justicia.
Que ningún egoísmo disminuya en mí los espacios infinitos de tu amor.
Que todo sea grande en mí.
También el culto a la verdad y mi prontitud en mi deber hasta la muerte.
Que la efusión del espíritu de amor venga sobre mí, sobre la iglesia, y sobre el mundo entero, Amén.
San Juan XXIII