Los testimonios del Retiro de Pascua

martes, 15 de abril de 2008
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Estos son algunos de los testimonios que dejó el Retiro de Pascua 2008 de Radio María, que se vivieron con gran intensidad y profundidad durante el Jueves, Viernes y Sábado Santo en la ciudad de Córdoba. También algunas fotos de lo vivido durante esos tres días:

 

“Esta fue la primera vez que compartía un Retiro de Radio María en Córdoba. Para mí fue una experiencia única. Vine con las expectativas propias de alguien que ama esta obra que me hizo y hace tanto bien. Afortunadamente, no solo se cumplieron sino que Dios fue más allá y me regaló cosas mucho mejores. Fue hermoso porque compartí con los jóvenes de la Oleada y descubrí grandes personas y amigos. Además, pude conocer a quienes escucho siempre. También significó una buena oportunidad para vivir intensamente el Triduo Pascual ya que me costó mucho esta Cuaresma. Al final me ganaron las lágrimas. Me llegó la confirmación del llamado del Señor y la promesa de que no me abandonará en el servicio”.

 

Marta Carrizo (Concepción de Tucumán)

 

“Para mí el Retiro de Pascua de Radio María fue mirar la vida desde los ojos de Dios, el pasado con memoria agradecida, el presente con pasión y el futuro desde las promesas de Dios. Realmente esto encendió un fuego en mi corazón por comunicarlo a otros, que Dios tiene un proyecto de vida plena para cada uno. Descubrir que el camino es el de la entrega total, en esos días el Señor me fue diciendo entregar no es lo mismo que entregarse. El camino es el de la entrega de la vida sirviendo a los hermanos en comunión con Jesús, para entregar su amor, desde la fidelidad en lo pequeño”.

 

Verónica Ramos (Córdoba)

 

“Este año viví el Retiro de Pascua con mucha más tranquilidad que otros, con más paz y menos efusión; pienso que justamente por esto es más creíble, más aplicable a mi cotidaneidad y más perdurable. Hace algunos días, desde que me mentalice que este año empezaba a trabajar en serio, venia con la idea en la cabeza que definitivamente mi felicidad, mi entusiasmo y mi alegría no podía provenir de otro lado que del hecho de todavía ser joven y no haber vivido tanto, ni tener demasiada experiencia. Me canso de escuchar a la gente decir, que "cómo no vas a ser feliz cuando sos joven". En pocas palabras, se me había metido en el corazón la idea de que la felicidad no es más que una utopía cristiana de quienes se alejan de los problemas del mundo para vivir en una especie de fantasía propia de niños ingenuos. Sin embargo durante estos días redescubrí la propuesta de Jesús de darnos Vida, y darnoslá en abundancia; de su invitación a que seamos profundamente felices. Esa felicidad no es pasajera, sino que es un estado permanente que va más allá de los vaivenes propios de la vida diaria. Por otro lado también volví a ver las promesas que el Señor tiene para mi vida, y que poco a poco por no creerle las fui dejando de lado. Estamos llamados a cosas grandes, por más pequeñas que parezcan. Se me reconfirmó la vocación a ser discípulos y misioneros, como lo proponían los obispos en Aparecida en todos los ámbitos de la sociedad. Llevar el evangelio a la gente y no esperar que vengan solitos cuando se descubran desbordados por el frenesí del mundo en que vivimos. Evidentemente hay que buscar, crear y diseñar nuevas formas de evangelización, y aprovechar al máximo las ya existentes, pero sabiendo que nada como la propia felicidad para transmitirles a otro que es posible serlo”.

Milagros Rodón (Córdoba)