Bariloche

jueves, 14 de octubre de 2010
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Lunes 11 tarde
Mientras avanzamos camino a San Carlos de Bariloche, la tarde del lunes feriado con un sol que pinta el paisaje de montañas nevadas y lagos artificiales bañados de aguas de deshielo nos disponen vivir días de encuentro misionero rodeados de un paisaje bello que habla de la grandeza y majestuosidad de Dios sembrada en la naturaleza.

Tras kilómetros y kilómetros aparece en Nahuel Huapi que separa Neuquén de Rio Negro con sus 42 km de extensión y un bello espejo de agua cristalina que espeja las montañas nevadas y toda la ciudad de San Carlos de Bariloche construida a su alrededor.

Ya estamos en la puerta del obispado, nos da la bienvenida el Padre Vicente y un seminarista a quines el Padre Obispo Fernando Malleti les ha encargado la bienvenida hospitalaria en la casa episcopal, “casa de todos”. Esta es una de las características que nos ha sorprendido en nuestra estadía en Bariloche, la casa del obispo, la casa del padre de la comunidad, refleja la casa del Padre de la cual Jesús dice, que hay lugar para todos. Aunque el Padre Fernando no está presente cuando llegamos, en este lugar de acogida, fraterna y paternal se respira mensaje de Evangelio que a lo largo de todos los días compartidos con Él, nos van a confirmar en el primer impacto de la bienvenida.

A media tarde llega Luis, junto a Eduardo miembros responsables de la coordinación del servicio de difusión en Bariloche. Su amor por la radio, su cercanía a Córdoba donde vive uno de sus hijos, pero por sobre todo, su deseo de que el Evangelios sea sembrado por toda la Argentina, nos hace sentir cerca y también Él nos muestra que estamos en casa.

A la tarde, Luis nos invita al cierre de un retiro de mujeres del movimiento cursillista “de colores”. El Padre Vicente, que había participado del mismo, se suma a la invitación de Luis, que en su auto nos lleva a la Parroquia de San Francisco donde podemos experimentar la Iglesia viva en movimiento que renueva a las hermanas que han participado en el encuentro con Jesús. Sus testimonios de lo vivido el fin de semana, “pinta” también nuestro corazón de los colores primaverales de una Iglesia que se renueva en la vida del Espíritu.

Una vez finalizado el encuentro con nuestros hermanos del cursillo, la cena nos encuentra junto al pastor del la Iglesia local y en una abundante y rica charla, comenzamos a disfrutar de su sencillez, de su bondad y de lo que el Evangelio dice de los primeros entre los discípulos, “los que se ponen al servicio de todos”.

La noche de un largo viaje nos llama a un descanso, se termina el lunes 11 de noviembre entre los paisajes y la bondad de quienes nos dan la bienvenida en Bariloche, nuestro descanso se hace profundo a la espera del encuentro con los hermanos y la catequesis del día martes.

 

Martes 12
Los oyentes y voluntarios le dan la bienvenida a la catequesis peregrina en la Parroquia Santo Cristo. Su párroco, el Padre Hugo se muestra como un ferviente oyente y animador de la presencia de Radio María en la diócesis de Bariloche. La catequesis habla de la presencia purificadora de Jesús que nos limpia la mirada para la acción misionera.

Los presentes y los oyentes se muestran gozosos y activos en la participación mientras corre el anuncio de la buena noticia. Después de la participación habitual, concreta y fresca de los oyentes al aire, Monseñor Malleti nos regala una pintura exacta, llena de vida y color de los paisajes evangelizadores donde se juega la buena noticia de la Iglesia que le toca pastorear.

El encuentro queda retratado en una foto que todos guardamos como grato recuerdo del paso evangelizador y catequístico de María misionando por las tierras patagónicas.

Luis y el Padre obispo, nos hacen recorrer el lugar y nos invitan a disfrutar de los hermosos paisajes de su tierra para que definitivamente Bariloche se nos quede pegado al alma y más allá de una foto y del diario misionero, los recuerdos los llevemos grabados de manera imborrable entre la mezcla de la bondad de su gente y lo que nuestros ojos no se cansan de admirar. Luis y Diego terminan compartiendo su medio día en Villa la Angostura mientras el Padre Obispo y el Padre Javier, son bienvenidos en la casa de Nando, donde está plantada la semilla de la Oleada Joven para su participación en la próxima Acampada.

A la tarde, la Parroquia de la Inmaculada nos convoca para reunirnos con los difusores de la comunidad de Bariloche, compartir los sueños de la obra y los deseos bien profundos que hay de la presencia de María y su radio para todo este territorio. Nuestro encuentro termina con la misa compartida junto al párroco Padre Jorge, quien con mucho interés pregunta sobre algunos aspectos de Radio María en Argentina.

Eduardo y su familia, nos reciben a la noche en una rica cena, compartida junto al obispo, la bondad del Padre Panchi y el Padre Jorge. Los cuatro niños de la familia, inquietos y alegres llenaron la mesa de risas, ocurrencias acompañados por las abuelas que se llegaron desde la Pampa para compartir junto a sus queridos nietos el fin de semana largo y permitir que los padres de familia celebraran sus 15 años de matrimonio en una renovada Luna de Miel en Buenos Aires.

Al llegar a la casa episcopal, como muchos de nosotros, nos sorprendemos y emocionamos con el primer rescate de los mineros en Chile y con la certeza de que la vida puede más que la muerte, nos vamos a descansar sabiendo que al otro día nos espera mucha vida para compartir.

 

Miércoles 13
La mañana del miércoles en la casa del Padre Obispo se abre a los oyentes para compartir nuestro último encuentro en la Catequesis Misionera, en donde la consigna nos invita a dejar surgir de nosotros “lo mejor, lo que está escondido”. Fue hermoso escuchar los testimonios de los oyentes una vez más y descubrir de mano del testimonio de los mineros rescatados en Chile, que la vida se esconde y que es necesaria la presencia de encuentros en Jesús que la hagan surgir de sus profundidades. Lo mejor y lo más bello de nosotros, sigue siendo invisible a simple vista, hay que darle tiempo a la vida para que se exprese en toda su belleza.

Llega el final de nuestro paso por Bariloche, la Línea Sur y el Bolsón, se constituyen en desafíos que asumamos junto a la comunidad para continuar desarrollando la red que busca completar con la presencia de María y su radio, todo el territorio de esta hermosa Iglesia local.

Nos vamos con deseo de volver, como en cada lugar en donde pasamos, con la certeza de que por donde Dios pasa, como de hecho nos viene ocurriendo, su presencia permanece y lejos de alejarnos con quienes nos hemos encontrado hasta aquí en nuestro viaje misionero, mientras avanzamos en kilómetros nos sentimos profundamente unidos a cada uno de ellos.