El sí a la misión es más de lo que a simple vista se entiende

martes, 26 de noviembre de 2019
image_pdfimage_print

27/11/2019 – En nuestro camino de Consagración a María, te compartimos la reflexión de nuestro día nro 14:

 “Vengan conmigo y Yo los haré pescadores de hombres”.

                                                                           Marcos 1, 17

La respuesta de una total disponibilidad que el discípulo tiene lleva como consecuencia la obediencia a esa misión. Su sí no es sólo un sí al Señor que llama sino también un sí a aquello para lo que El Señor llama. Ocurre que el discípulo cuando lo deja todo, se pone en camino, no conoce en realidad aquello a lo que El Señor llama. ¿Qué es eso de ser pescadores de hombres? ¿De qué se trata? Puede imaginárselo de alguna manera pero la fantasía de la imaginación, ante semejante dimensión de misión puede hacer que el discípulo proyecte mal su andar y entonces se equivoque en el camino, de ahí que el camino discipular es un camino de fidelidad en la fe más que de un hacer en la misión algo que creemos que entendemos que estamos haciendo. Es creerle a Dios que sabe por donde nos conduce. Se aprende andando detrás de Jesús, no hay un curso intensivo de discipulado ni hay una universidad de discípulos. La escuela es la vida en el espíritu de seguimiento a Jesús donde El Señor nos va marcando rumbos, nos va dejando huellas para que vayamos detrás de El.

Dice le Papa Francisco:

Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Repito aquí para toda la Iglesia lo que muchas veces he dicho a los sacerdotes y laicos de Buenos Aires: prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos.

1 EG 49