28/09/2016 – El Cura Brochero y Nicolás Flores tienen mucho en común. Todo comenzó hace 16 años, un día como hoy cuando Nico que entonces tenía 10 meses sufrió un accidente de tránsito junto a su familia por la zona de Traslasierras en la Provincia de Córdoba. Su familia clamó a los cielos por intercesión de Brochero por la salud del pequeño Nico que casi perdió su vida. Los pronósticos médicos auguraban, si es que llegaba a sobrevivir, una “vida vegetativa”. Su recuperación no encontró argumentos en la ciencia, y tras rigurosos estudios, se convirtió en el primer milagro atribuido a la intercesión del Cura Brochero, lo que llevó al sacerdote cordobés a los altares como Beato.
Nico Flores, junto a sus padres Sandra Violino y Osvaldo Flores visitaron los estudios de Radio María para contar su historia, su vínculo con el Cura Brochero, la alegría por la canonización y la nueva misión de la familia.
“Yo le pido a Brochero que le salve la vida a todos, no solamente a mí, sino a toda la gente. Recen por nosotros también para que esa fe se cumpla y puedan seguir los pasos de Jesús” contó Nico sobre su relación con el Cura Brochero.
Además Nico contó sobre su relación personal con Brochero: “Brochero es un amigo al que yo le rezo siempre todas las noches. Yo me pongo en oración para pedir por todos los que piden oración, y nunca dejo de rezar. Soy un niño que rezo todas las noches”. Muchos se acercan al “niño del milagro” para que les cuente su historia y para que rece por alguna intención: ” Yo les digo que pidan con fe y con confianza para que ellos puedan cumplir la misión que cada uno tiene y que nunca dejen de pedir”.
Por su parte, Sandra Violino, la mamá de Nico, contó que al llegar la Beatificación creyó que ahí sería la ceremonia que coronaría su historia con Brochero y listo, pero allí no terminaría todo: “Creo que esa misión nos queda, rezar por todos los que se acercan y nos piden. Al principio eran uno, dos o tres, y ya ahora son muchisimos”. Lo dice en relación a los últimos meses del sacerdote cordobés, que ya ciego, decía que así podría “rezar por las generaciones pasadas, por las presentes y por las que vendrán”.
“Esta cuestión nació cuando empezó el proceso de beatificación. La gente del Tribunal eclesiástico nos pidieron que rezáramos por ellos, y ahí empezamos. Así se fueron sumando las intenciones y la gente, y esa es la tarea que ahora llevamos en la familia como misión. También tratar de transmitir la fe. No hacen falta grandes oraciones, sino simplemente decirle a Dios “Mirá, yo no puedo, te lo entrego” y cuando uno lo entrega de corazón realmente la gracia se derrama”.
Escuchá la entrevista completa haciendo clic en el reproductor de audio.
Imagen/ La Voz del Interior
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