Padre Bueno, hoy traigo ante Vos a todas las personas
que se dedican a salvar vidas.
En nombre de tu Amado Hijo Jesucristo te pido
que les proveas de sensibilidad
en el trato de las personas enfermas.
Dales también sabiduría y entendimiento
en cada circunstancia para que puedan ofrecer
un trato digno a sus pacientes y
un tratamiento acertado a cada enfermedad.
Llena de humildad sus corazones para que
en todo momento reconozcan que ellos son un instrumento Tuyo
para poder impartir la sanidad y curación que viene de Vos,
que estén conscientes que su habilidad es un don entregado a ellos por Vos y
que su aporte a la sociedad es importante
tanto como lo es su trabajo entregado a Vos para tu Gloria.
¡Gracias Padre!