“El diálogo es algo difícil, solo los humildes lo logran”

lunes, 27 de enero de 2014
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24/01/2014 – “No es fácil construir el diálogo con los demás, especialmente si están divididos por el rencor. Pero el cristiano busca siempre este camino de escucha y de reconciliación, con humildad y mansedumbre porque esto es lo que nos ha enseñado Jesús”, manifestó el Papa Francisco en la misa de la Casa Santa Marta. “´Me rompo pero no me doblo`, afirma una cierta sabiduría popular. ´Me doblo pero no me rompo`, sugiere la sabiduría cristiana. Dos modos de entender la vida: el primero, con su dureza, destinado fácilmente a alzar muros de incomunicación entre las personas, hasta la degeneración del odio. El segundo se inclina a establecer puentes de comprensión, incluso después de una pelea, de una discusión”, advirtió el Santo Padre.

En el centro de la lectura litúrgica y de la reflexión del Papa de hoy encontramos el desencuentro entre el Rey Saúl y David. “Es David -observó Francisco- quien elige otro camino, el camino del acercamiento, de aclarar la situación, de explicarse. El camino del diálogo para encontrar la paz. Para dialogar es necesario encontrar la mansedumbre, no hay que gritar. Y es necesario también pensar que la otra persona tiene algo más que yo, David lo pensaba: ‘Él es el elegido del Señor, es más importante que yo'. Es importante la humildad, la mansedumbre. Para dialogar es necesario hacer lo que hoy hemos pedido en la oración, al principio de la Misa: hacerse todo para todos. La humildad, la mansedumbre, hacerse todo para todos, buscando siempre ver en el otro la imagen de Dios".

"Dialogar es difícil", reconoció el Papa Francisco y añadió: “Pero peor que intentar construir un puente hacia un adversario es dejar crecer el rencor hacia él en el corazón. De este modo nos quedamos aislados en este caldo amargo de nuestro resentimiento. Un cristiano, sin embargo, tiene a David por modelo, que vence el odio con un acto de humildad. Humillarse es siempre construir puentes. No es fácil. Jesús lo hizo: se humilló hasta el final, nos hizo ver el camino. Y es necesario que no pase mucho tiempo: cuando hay un problema, lo más pronto posible, en el momento en el que se pueda hacer, después de que pasó la tormenta, hay que acercarse al diálogo, porque el tiempo hace crecer los muros, como hace crecer la hierba mala que impide el crecimiento del grano. Y cuando los muros crecen es más difícil la reconciliación".

El Papa indicó además que “no es un problema si vuelan algunos platos, en la familia, en la comunidad, en el barrio. Lo importante es buscar la paz lo antes posible, con una palabra, con un gesto. Un puente antes que un muro, como el que hace tantos años dividió a la ciudad alemanda de Berlín. Porque también, en nuestro corazón, está la posibilidad de convertirnos en Berlín con su muro con respecto a los demás. Yo tengo miedo de estos muros que crecen cada día y que favorecen los resentimientos. También tengo miedo del odio. Pensemos en este joven David, podría haberse vengado perfectamente. Sin embargo, eligió el camino del diálogo, con la humildad, la mansedumbre y la dulzura. Pidamos hoy a San Francisco de Sales, Doctor de la dulzura, que nos dé a todos la gracia de construir puentes hacia los demás", finalizó diciendo en su homilía de Santa Marta.

 

Radio Vaticano / Centro Televisivo Vaticano