El Papa en la catequesis: “Inculturar con delicadeza el mensaje de la fe”

jueves, 7 de noviembre de 2019
image_pdfimage_print

06/11/2019 – Aun cuando no lo esperamos, la semilla del Evangelio “arraiga”: por eso debemos pedir al Espíritu Santo “la capacidad de inculturar con delicadeza el mensaje de la fe”, porque “el fuego de su amor, es capaz de inflamar el corazón más endurecido”. Así lo manifestó el Papa Francisco en la Audiencia General de los miércoles

“Construyendo puentes con la cultura, con los que no creen o con los que tienen una creencia diferente a la nuestra. Siempre construya puentes, siempre la mano extendida”, expresó el papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles, continuando con su ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles.

“Delicadamente inculturar el mensaje de fe” fue el tema al que el pontífice dedicó la catequesis reflexionando hoy sobre la presencia de Pablo en el Areópago.

Una vez en Atenas, el Papa dijo que “el apóstol” tiembla dentro de sí mismo al ver la ciudad llena de ídolos. Sin embargo, este “impacto” con el paganismo, en lugar de dejarlo escapar, lo empuja a crear un puente para dialogar con esa cultura. Pablo decide familiarizarse con la ciudad y así comienza a asistir a los lugares y personas más importantes. Va a la sinagoga, símbolo de la vida de fe; va a la plaza, símbolo de la vida de la ciudad; y va al Areópago, símbolo de la vida política y cultural. Conoce a judíos, filósofos epicúreos y estoicos, y muchos otros, no te rindas, ve a hablar con toda la gente. De esta manera, Pablo observa la cultura y el ambiente de Atenas “a partir de una mirada contemplativa” descubre a “ese Dios que vive en sus casas, en sus calles, en sus plazas”.

El papa Francisco concluyó su catequesis llamando a “construir puentes”, tanto con la cultura, con los que no creen o con quienes tienen un credo distinto al nuestro, y a hacerlo “sin agresividad”:

“Pidamos hoy al Espíritu Santo que nos enseñe a construir puentes con quienes no creen o tienen otra fe distinta a la nuestra. Pidamos la capacidad de inculturar con delicadeza el mensaje de la fe. Que el fuego de su amor que es capaz de inflamar el corazón más endurecido abra los ojos de los que todavía no conocen a Cristo”.