Fuente: @VaticanMedia
01/12/2025 – El Papa León XIV, cuyo lema episcopal lleva grabada la llamada a la unidad en Cristo, ha extendido una significativa invitación a todos los cristianos: realizar juntos un viaje espiritual hacia el Jubileo de la Redención en el año 2033, que conmemora los dos mil años de la muerte y resurrección de Jesús. Esta propuesta, con la perspectiva de un regreso a Jerusalén, se produce pocos días después del encuentro de oración ecuménico celebrado en Iznik, la antigua Nicea, al que asistieron líderes de diversas confesiones cristianas por invitación del Patriarca de Constantinopla Bartolomé I. El evento, realizado cerca de los restos de la basílica de San Neófito, fue un gesto simbólico de unidad en los orígenes de la fe, según la información de Vatican News.
La belleza del encuentro en Iznik, que reunió a católicos, ortodoxos y protestantes, estuvo marcada por un profundo sabor evangélico, recordando las orillas del lago de Tiberíades donde Jesús llamó a sus primeros apóstoles. Sin embargo, el Papa León XIV, en su viaje apostólico a Turquía, reconoció la «dolorosa herida de las ausencias» de algunas Iglesias. Por ello, menos de veinticuatro horas después de la ceremonia, el Obispo de Roma agradeció a los líderes presentes y expresó su deseo de nuevos encuentros, extendiendo la invitación a aquellos que no pudieron estar, proponiendo un peregrinaje común para celebrar los dos mil años del nacimiento de la Iglesia en el Cenáculo de Jerusalén.
La propuesta del Sucesor de Pedro es un llamado humilde y valiente a ir más allá de Nicea y volver al corazón del cristianismo: a Jerusalén. Regresar a Jerusalén significa volver al sacrificio del Gólgota y al sepulcro vacío, al lugar de la Última Cena y al Pentecostés, donde un pequeño grupo de hombres asustados recibió el Espíritu Santo y se transformó en el motor del anuncio evangélico. El Papa evoca la primacía del anuncio del kerigma, reiterando que la división entre los cristianos es un obstáculo para su testimonio en el mundo.
Volver a Jerusalén es una invitación a reencontrarse humildemente, como hermanos, y a dejar de lado aquello que no es esencial, como «las incrustaciones de la política eclesiástica, las rivalidades y reivindicaciones, las estrategias, los nacionalismos… y tantas tradiciones humanas que nos han separado.» Es un llamado a superar las divisiones y redescubrir el corazón del mensaje evangélico. El Papa León XIV, sucesor de Pedro, resumió esta necesidad ante el Patriarca Bartolomé, sucesor de Andrés, con una pregunta que resonó: «¡Cuánta necesidad de paz y reconciliación hay a nuestro alrededor, y también en nosotros y entre nosotros!»
Fuente: Vatican News.
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