02/12/2025 – El Papa León XIV realizó una significativa visita al Hospital de la Cruz en Beirut, marcando una de las últimas etapas de su viaje apostólico al Líbano. Este acto se convirtió en un reconocimiento a la solidaridad y el compromiso en el ámbito de la medicina y salud. El Pontífice expresó su profunda cercanía a pacientes, religiosos y personal sanitario, destacando el valor de la compasión en el cuidado de los enfermos. Según reportó Vatican News, el Santo Padre subrayó que en cada acto de servicio se refleja el amor de Cristo, ofreciendo un mensaje de esperanza en medio del sufrimiento.
Durante su saludo, el Papa León XIV remarcó la continuidad de la obra iniciada por el beato Padre Jacques, fundador del hospital y apóstol de la caridad, cuyo legado sigue vivo gracias a la dedicación de las Hermanas Franciscanas de la Cruz. El Papa comparó la labor de los profesionales de la salud con la figura evangélica del buen samaritano y los animó a perseverar en su misión. El Santo Padre les transmitió un mensaje de aliento ante el desafío de las condiciones laborales, recordándoles el alto valor de su servicio: «A veces puede sobrevenir el cansancio o el desánimo… Los animo a no perder la alegría de esta misión y, a pesar de algunas dificultades, los invito a tener siempre presente el bien que pueden realizar. Es una gran obra a los ojos de Dios».
El mensaje del Papa León XIV trascendió los límites del hospital, extendiéndose a una reflexión sobre la responsabilidad social hacia los más frágiles. El Pontífice hizo un llamado a la sociedad y, especialmente a los cristianos, a no ignorar a los más vulnerables en un mundo que persigue «falsos mitos de bienestar». Recordando la enseñanza evangélica, el Papa enfatizó dónde encontrar el verdadero rostro de la fe: «En el rostro herido de los pobres encontramos impreso el sufrimiento de los inocentes y, por tanto, el mismo sufrimiento de Cristo». Esta visión de la caridad enlaza directamente con el ejemplo de los santos y beatos que han dedicado su vida a los enfermos.
Finalmente, el Papa León XIV dirigió su atención directamente a los enfermos, asegurándoles que se encuentran en el corazón de Dios, quien los acompaña con ternura a través de quienes los atienden. Su visita a los pacientes en el Hospital de la Cruz fue un vivo testimonio de fe y paz. El Papa se despidió con palabras de amor incondicional: «¡Te amo, eres mi hijo! ¡Nunca lo olvides!». Este gesto de cercanía espiritual reafirmó la importancia de la dignidad humana y el cuidado integral en la medicina y salud.
Fuente: Vatican News.
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