León XIV llama a la conversión en Adviento: «Preparar el corazón para el Reino»

Fuente: @VaticanMedia

08/12/2025 – El Papa León XIV, durante el rezo del Ángelus en el segundo domingo de Adviento, dirigió un mensaje a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Inspirándose en el anuncio de Juan el Bautista en el Evangelio de Mateo, el Pontífice recordó que la inminencia del Reino de Dios exige una preparación profunda y una auténtica conversión. El llamado del precursor de Jesús, «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”, no fue interpretado por el Papa como un castigo, sino como la urgencia de tomar la vida en serio ante la oportunidad de un encuentro con un Dios que juzga desde las intenciones y no las apariencias.

León XIV conectó este anuncio con la oración fundamental del cristianismo. Recordó que, cada vez que los creyentes rezan el «Padre nuestro», imploran: «Venga tu Reino». El Papa explicó que esta petición orienta la existencia hacia la novedad que Dios promete, pues en ella se reconoce que «el curso de la historia no está ya escrito por los poderosos de este mundo». Al contrario, al orar así, los fieles ponen sus energías «al servicio de un Dios que viene a reinar no para dominarnos, sino para liberarnos», asegurando que esta es una auténtica «buena noticia, que nos motiva y nos involucra«.

El Santo Padre recurrió a la imagen del profeta Isaías—un brote que surge de un tronco aparentemente muerto—para ilustrar cómo obra Dios: hace florecer lo que parecía perdido y comienza algo nuevo. En esa misma línea, situó la experiencia del Concilio Vaticano II como un momento en que la Iglesia se dejó sorprender por el Espíritu y se abrió a un camino común renovado. El Papa afirmó que, cuando la comunidad camina unida hacia el Reino, «lo débil florece y lo imposible se vuelve posible». Subrayó, además, que el «mundo necesita esta esperanza», invitando a acoger sin temor el Reino que ya comienza a despuntar en Jesús.

Para finalizar, León XIV describió el Adviento como una espiritualidad «luminosa y concreta». Invitó a los fieles a considerar las luces que adornan las ciudades como un recordatorio de que cada persona puede convertirse en una pequeña luz para los demás, siempre que le dé espacio a Cristo en su vida. Finalmente, señaló a María como modelo de esta espera confiada y esperanzadora: «Cada uno de nosotros puede ser una pequeña luz, si acoge a Jesús, brote de un mundo nuevo. Aprendamos a hacerlo como María, nuestra Madre, mujer que aguarda con confianza y esperanza».

Fuente: Vatican News.