León XIV en el Jubileo del Mundo Penitenciario: «la cárcel es difícil, tengan espíritu de colaboración”

lunes, 15 de diciembre de 2025

Fuente: @VaticanMedia

15/12/2025 – En la Solemnidad del Tercer Domingo de Adviento, el Papa León XIV presidió la Santa Misa en la Basílica de San Pedro con motivo del Jubileo del mundo penitenciario, marcando la conclusión de los grandes eventos del Año Santo. Ante miles de fieles y personas involucradas en la realidad carcelaria, el Pontífice celebró el «Jubileo de la esperanza para el mundo carcelario, para los presos y para todos aquellos que se ocupan de la realidad penitenciaria». En su homilía, reconoció abiertamente las dificultades que enfrenta la vida en prisión, advirtiendo que «la cárcel es un entorno difícil y hasta las mejores intenciones pueden encontrar muchos obstáculos. Precisamente por eso, no hay que cansarse, desanimarse o retroceder, sino seguir adelante con tenacidad, valentía y espíritu de colaboración”.

El Santo Padre invitó a una profunda reflexión sobre el sentido de la justicia, destacando que su fin último debe ser la reparación y la reconciliación, más allá del mero castigo. Insistió en una verdad esencial sobre la dignidad humana, señalando que «son muchos los que aún no comprenden que hay que levantarse de toda caída, que ningún ser humano coincide con lo que ha hecho y que la justicia es siempre un proceso de reparación y reconciliación». Con una nota de esperanza, el Papa afirmó que incluso en los contextos más difíciles, como los muros de las prisiones, es posible que «broten flores maravillosas» y se generen «gestos, proyectos y encuentros extraordinarios en su humanidad».

León XIV hizo un llamado concreto a la acción en favor de la reinserción social de las personas privadas de libertad. Mencionó el deseo expresado por el Papa Francisco el año anterior, durante la apertura de la Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, de conceder formas de amnistía o condonación de la pena. El Pontífice confió en que en muchos países «se dé cumplimiento a su deseo», recordando que el origen bíblico del Jubileo es «precisamente un año de gracia en el que, de muchas maneras, a todos se les ofrecía la posibilidad de empezar de nuevo». Esto subraya la convicción de que, con medidas de gracia, la recuperación de la confianza en sí mismos y en la sociedad es siempre posible.

Finalmente, el Obispo de Roma abordó los desafíos cotidianos del sistema penitenciario, como el hacinamiento, las limitaciones educativas y laborales, y la necesidad de sanación emocional. Reconoció «el peso del pasado, las heridas que hay que curar en el cuerpo y en el corazón, las desilusiones, la infinita paciencia que se necesita, consigo mismo y con los demás». A pesar de estas dificultades, León XIV concluyó su homilía con una exhortación clara, que encapsula el espíritu del Jubileo: «sólo hay una cosa importante: que nadie se pierda y que todos se salven».

Fuente: Vatican News.