19/02/2015 – En cada circunstancia de la vida, el cristiano debe escoger a Dios y no dejarse inducir al error por hábitos y situaciones que lo alejan de Él. Lo indicó el Papa Francisco al comentar las lecturas del día durante la misa de la mañana celebrada este jueves 19 de octubre en la Casa Santa Marta del Vaticano.
En el centro de la liturgia de hoy, y de la reflexión del Papa Francisco, se situó el pasaje de la Biblia en que Dios dice a Moisés: “Ve, yo pongo frente a ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Hoy, por lo tanto, te mando amar al Señor, tu Dios, y caminar por su senda”.
La elección de Moisés, afirmó Francisco, es aquella que el cristiano debe hacer cada día. Es una elección difícil. “Es más fácil –reconoce– vivir dejándose llevar por la inercia de la vida, de las situaciones, de los hábitos”. Es más fácil, después de todo, volverse el servidor de “otros dioses”.
El Papa habló de “escoger entre Dios y otros dioses, esos que no tienen el poder de darnos nada, sólo pequeñas cosas que pasan”. “Y no es fácil escoger -constató-; nosotros tenemos el hábito de ir por donde va la gente, un poco como todos, como todos… todos y ninguno”.
“Y hoy la Iglesia nos dice: ‘¡Detente! Detente y escoge’. Es un buen consejo -afirmó-. Y hoy nos hará bien detenernos y durante el día pensar un poco: ¿cómo es mi estilo de vida? ¿Por cuáles sendas camino?”.
Y junto a esta pregunta, Francisco sugirió excavar más a fondo y preguntarse cuál es la relación con Dios, con Jesús, la relación con los padres, los hermanos, la esposa o el marido, los hijos. Y aquí el Papa situó el Evangelio del día, que relata el momento en que Jesús les explica a sus discípulos que un hombre “que gana el mundo entero, pero se pierde o arruina a sí mismo” no obtiene ninguna “ventaja”.
Francisco advirtió contra un camino equivocado que busca siempre el éxito y los bienes personales, sin pensar en el Señor, sin pensar en la familia.
“Estas dos preguntas -reiteró-: ¿cómo es mi relación con Dios?, ¿cómo es mi relación con la familia? Uno puede ganar todo, pero al final volverse un fracasado. Ha fracasado. Aquella vida es un fracaso. ‘Pero no, le han hecho un monumento, le han pintado un cuadro…’. Pero has fracasado: no has sabido escoger bien entre la vida y la muerte”.
Preguntémonos, insistió el Papa Francisco: ¿cuál es “la velocidad de mi vida?, ¿reflexiono sobre las cosas que hago?”. Y pidámosle a Dios la gracia de tener ese “pequeño valor” necesario para escogerlo cada vez. Nos ayudará -dijo Francisco- el “consejo tan hermoso” del Salmo 1: “’Dichoso el hombre que confía en el Señor’”.
“Cuando el Señor nos da este consejo – ‘¡Detenete! Escoge hoy, escoge’ – no nos deja solos. Está con nosotros y quiere ayudarnos. Sólo debemos confiar, tener confianza en Él -añadió-. ‘Dichoso el hombre que confía en el Señor’…”.
Hoy, en el momento en que nos detengamos a pensar en estas cosas y tomar decisiones, escoger algo, sepamos que el Señor está con nosotros, está junto a nosotros, para ayudarnos. Nunca nos deja solos, nunca -aseguró-. Está siempre con nosotros. Incluso en el momento de elegir está con nosotros”.
Fuente: Aleteia
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