El Papa: Hoy más que nunca el mundo necesita paz, acogida y fraternidad

viernes, 16 de agosto de 2024
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16/08/2024 – El Papa escribe al Comité «Nazarat» que desde hace diez años, tras la expulsión de los cristianos de la Llanura de Nínive en Irak por parte del Isis, promueve el 20 de agosto de cada año un rezo del Rosario por todos los cristianos perseguidos en el mundo. Mensajes también de Ignacio Youssef III Younan, Patriarca sirio católico de Antioquía, y del párroco de la comunidad latina de Alepo en Siria.

El 20 de agosto de 2024 se cumplirán diez años del inicio de un gesto «sui generis», nacido espontáneamente en Rímini y ampliado con el tiempo a otras trece ciudades no sólo de Italia y con la participación de veintisiete monasterios y claustros de Italia y Europa. Se trata de una iniciativa de oración, intercambio de testimonios y colecta de ayudas llamada «Llamamiento a lo humano» que va dirigida a los cristianos perseguidos y especialmente a los de Oriente Medio que, el próximo martes a las 20.30 en la Plaza Tre Martiri de la ciudad romañola italiana, verá la presencia también del Obispo de Rímini, Monseñor Nicolò Anselmi.

El Papa: Gracias por su testimonio
En un mensaje con motivo del aniversario, el Papa se alegra de conocer las actividades de sensibilización llevadas a cabo por el Comité para los Cristianos Perseguidos, llamado Nazarat, «con especial atención a los numerosos hermanos y hermanas que viven en las tierras afectadas por terribles conflictos» y comparte la «alegría experimentada» en los últimos años. Escribe

Gracias por su testimonio de amable caridad, de cercanía y sobre todo de unión al dolor de los pueblos heridos por la injusticia, la opresión, el odio y la codicia. Toda la humanidad, hoy más que nunca, necesita la Buena Noticia de la paz, y todo cristiano está llamado a anunciarla y compartirla.

El deseo de Francisco es que «quienes se adhieran a la iniciativa continúen promoviendo una cultura de respeto hacia todos, de acogida y de fraternidad inclusiva» con la ayuda de María, Madre del Socorro.

Que Ella encienda en nuestras almas la luz de la esperanza para osar un futuro de serenidad y armonía.

Patriarca de Antioquía Younan: el valor de rezar por la paz en las plazas
«Agradezco profundamente su solidaridad y sincera compasión por sus hermanos y hermanas perseguidos hasta el martirio por amor a Jesús». Al igual que el Papa, el Patriarca siro-católico de Antioquía Ignacio Youssef III Younan también expresó en un mensaje su cercanía a la iniciativa de oración de Rímini, que califica de «encuentro valiente» porque lleva a las plazas una oración por la paz.

La Iglesia siro-católica de Antioquía, escribe, está «sufriendo mucho», recordando el «criminal desarraigo» de los cristianos de la Llanura de Nínive, que tuvo lugar entre el 6 y el 7 de agosto de hace diez años por parte de milicianos del autodenominado Estado Islámico. «Un gran número de ellos están ahora dispersos por todo el mundo», recuerda, renovando el llamamiento a «permanecer firmes en la fe y la esperanza».

El párroco de Alepo: su solidaridad nos ayuda a no desesperar
También llega al Comité «Nazarat» un elocuente mensaje del franciscano Bahjat Karakach, párroco de la comunidad latina de Alepo, que ofrece una visión de lo que unos trece años de guerra han dejado como dramático legado a Siria. «Hoy se ciernen sobre esta región oscuros nubarrones de guerra, violencia y destrucción, ocupación ilegítima y formas de extremismo religioso», ante el «silencio indiferente o cómplice de muchos, especialmente de aquellos que tienen el poder de hacer algo y no lo hacen». «Seguimos viviendo – continúa- en condiciones muy duras» y los esfuerzos de la Iglesia local, informa, se dirigen casi todos a «animar a los jóvenes a quedarse en nuestro país y ser proactivos para contribuir a su resurgimiento».

Por ello, el padre Karakach valora muy positivamente la oración que se promueve cada 20 de agosto en Rímini y ahora en muchas otras plazas de Italia, instando a la gente a «no detenerse». «Es un don precioso para nosotros, que a menudo nos sentimos olvidados por el mundo, contar con personas solidarias como vosotros que piensan en nosotros y se entregan para ayudarnos», escribe el párroco de Alepo, asegurando que de este testimonio de solidaridad nace un «empuje no indiferente para continuar nuestra lucha cotidiana e intentar por todos los medios superar las inmensas dificultades para la supervivencia, tanto material como también de la identidad de una comunidad milenaria que corre el riesgo de extinguirse. Su cercanía es un verdadero don de comunión en Cristo, una comunión que supera todas las fronteras creadas por el odio y la indiferencia».

Diez años de rosarios en la plaza de Rímini por la paz mundial
El evento «Llamamiento a lo Humano» nació en agosto de 2014 tras la expulsión de los cristianos de la llanura de Nínive, en Irak, por parte del Isis en la noche del 6 al 7 de agosto de 2014. En pocas horas, 125.000 cristianos se vieron obligados a abandonar sus hogares y dirigirse al Kurdistán interior, mientras que otros 110.000 permanecen como refugiados en la zona de Erbil y Duhok. Las casas de las familias cristianas fueron marcadas por los milicianos islámicos con la letra inicial de la palabra Nazarat, es decir, Nazareno. El 20 de agosto siguiente, algunos centenares de personas se reunieron en la plaza central para rezar el rosario por esos cristianos, escuchar algunos testimonios y recoger ayuda. En estos diez años, la iniciativa Nazarat ha recogido varias decenas de miles de euros en ayuda para cientos de familias vulnerables, sobre todo en Siria e Irak.

¿Por qué en Rímini?
Desde 2014, cada 20 de mes en la «capital» del turismo veraniego italiano se reza por los cristianos perseguidos y por la paz en el mundo. «Rímini es una ciudad con vocación internacional y con proyecciones también hacia Oriente; histórica y geográficamente es un centro de acogida y encuentro: no podíamos dejar de movernos», explican los promotores de Nazarat. Las persecuciones contra los cristianos y otras minorías religiosas en los últimos diez años han aflorado, no sólo en Oriente Medio, sino también en otras zonas de Asia y África, «por eso -continúan- el momento de oración en la plaza cada mes ha servido para conocer y tomar conciencia de las condiciones de vida en Siria, Irak, Nigeria, Kenia, Pakistán, Bangladés, testimoniadas por laicos, sacerdotes, religiosos, obispos y periodistas».