El Papa recibió a la birmana Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz

lunes, 28 de octubre de 2013
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28/10/2013 – El Papa Francisco recibió a la Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, símbolo de los derechos humanos en Birmania, hoy Myanmar. La líder opositora birmana indicó, tras el encuentro, que "el Santo Padre me ha dicho que las emociones como el odio y el miedo acortan la vida y el valor de las personas. Debermos valorizar el amor y la comprensión para mejorar la vida de los pueblos".

Suu Kyi se destacó en la lucha contra la dictadura militar que estuvo en el gobierno de Birmania desde 1962 a 2011, y fue perseguida por su defensa de los derechos humanos. En 1989 fue arrestada en su domicilio. En 1990 ganó las elecciones por una enorme mayoría, a lo que sucedió un golpe de Estado. En 1991, Suu Kyi recibió el premio Nobel de la Paz pero la junta militar no le permitió salir de Birmania, pudiendo recibirlo solamente el año pasado.

El Padre Federico Lombardi, vocero vaticano, dijo que “una sintonía fundamental surgió en el encuentro cara a cara del Papa con Suu Kyi, que giró alrededor de algunos temas muy importantes como la cultura del encuentro, el tráfico de seres humanos y la libertad de las confesiones religiosas”.

Más temprano, el Papa celebró la habitual misa en la Casa Santa Marta, donde dijo que “Jesús sigue orando e intercediendo por nosotros, mostrando al Padre el precio de nuestra salvación: sus llagas. Al centro de la homilía de hoy estuvo el pasaje del Evangelio en el que Jesús pasa toda la noche orando al Padre antes de elegir a los Doce Apóstoles: “Jesús compone su equipo -subrayó el Obispo de Roma- y luego se encuentra rodeado por una gran multitud de gente llegada para escucharlo y ser curada porque de Él brotaba una fuerza que sanaba a todos. Son las tres relaciones de Jesús: Jesús con el Padre, Jesús con sus apóstoles y Jesús con la gente. Jesús oraba al Padre por los Apóstoles y por la gente. Y aún hoy reza”.

“Es el intercesor, el que reza, y reza a Dios con nosotros y ante nosotros. Jesús nos ha salvado, hizo esta gran oración, su sacrificio, su vida, para salvarnos, para justificarnos: estamos justificados gracias a Él. Ahora se ha ido, y reza ¿Pero Jesús es un espíritu? ¡Jesús no es un espíritu! Jesús es una persona, un hombre, con carne como la nuestra, pero en la gloria. Jesús tiene las llagas en las manos, en los pies, en el costado y cuando ora al Padre muestra este precio de la justificación, y reza por nosotros, como diciendo: ‘Pero, Padre, que esto no se pierda'”, indicó Francisco.

“Jesús tiene la primicia de nuestras oraciones, porque es el primero en orar y como nuestro hermano y un hombre como nosotros, intercede por nosotros. Al principio, Él realizó la redención, justificó a todos, pero ahora, ¿qué hace? Intercede, reza por nosotros. Pienso en qué habrá sentido Pedro cuando lo renegó, y luego Jesús lo miró y él lloraba. Podía arrepentirse. Muchas veces, entre nosotros, nos decimos: 'Reza por mí, ¿eh?, lo necesito, tengo tantos problemas, tantas cosas: Reza por mí’. Y eso es bueno, ¿eh?, porque nosotros hermanos debemos rezar los unos por los otros”, agregó.

Por ello el Santo Padre exhortó a pedir: “Reza por mí, Señor, Tú eres el intercesor. Él reza por mí; reza por todos nosotros y reza con coraje porque hace ver al Padre el precio de nuestra justicia: Sus llagas. Pensemos tanto en esto y demos gracias al Señor. Agradezcamos por tener un hermano que reza con nosotros y reza por nosotros, intercede por nosotros. Y hablemos con Jesús, digámosle: ‘Señor, Tú eres el intercesor, Tú me has salvado, me has justificado. Pero ahora, reza por mí’. Y confiemos nuestros problemas, nuestra vida, tantas cosas a Él , para que Él las lleve al Padre”, finalizó diciendo el Pontífice en Santa Marta.