El Papa recuerda a Santa Catalina de Siena y pide rezar por la unidad de Europa

miércoles, 29 de abril de 2020
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29/04/2020 – En la misa de Santa Marta, Francisco, recordando la fiesta hodierna de Santa Catalina de Siena, Patrona de Europa, reza por la unidad de Europa y de la Unión Europea, para que todos juntos podamos seguir adelante como hermanos. En su homilía, nos invita a pedir al Señor la gracia de la sencillez y la humildad para confesar nuestros pecados concretos y así encontrar el perdón de Dios.

Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta el día en que la Iglesia celebra la fiesta de Santa Catalina de Siena, virgen, doctora de la Iglesia, patrona de Italia y de Europa. En la introducción dirigió sus pensamientos a Europa, como lo ha hecho en otras ocasiones en estos días marcados por la pandemia de Covid-19:

“Hoy es Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia, Patrona de Europa. Recemos por Europa, por la unidad de Europa, por la unidad de la Unión Europea: para que todos juntos podamos seguir adelante como hermanos”.

En su homilía, el Papa comentó la Primera Carta de San Juan (1 Jn 1, 5-2, 2) en la que el Apóstol afirma que Dios es luz y si decimos que estamos en comunión con él, también estamos en comunión unos con otros, y la sangre de Jesús nos purifica de todo pecado. Y señala: el que dice que está sin pecado se engaña a sí mismo, pero si confiesa su pecado, Dios le perdona y le limpia de toda iniquidad.

El apóstol – observa Francisco – llama a la concreción, a la verdad: dice que no podemos caminar en la luz y estar en las tinieblas. Peor es caminar en el gris, porque te hace creer que estás caminando en la luz y esto te tranquiliza. El gris es muy traicionero. Lo contrario es la concreción de reconocer los propios pecados. La verdad es concreta: significa confesar los pecados no de manera abstracta, sino concreta. Como dice el Evangelio de hoy (Mt 11, 25-30) en el que Jesús alaba al Padre porque escondió el Evangelio a los sabios y doctos y lo reveló a los pequeños.

Los pequeños -subraya el Papa- confiesan sus pecados de forma sencilla, dicen cosas concretas porque tienen la sencillez que Dios les da. También nosotros debemos ser sencillos y concretos y confesar nuestros pecados con humildad y vergüenza concretos. Y el Señor nos perdona: debemos dar el nombre a los pecados. Si somos abstractos al confesarlos, somos genéricos, terminamos en las tinieblas.

Es importante – dice el Papa – tener la libertad de decir al Señor las cosas como son, tener la sabiduría de la concreción, porque el diablo quiere que vivamos en el gris, ni blanco ni negro. Al Señor no le gustan los tibios. La vida espiritual es simple, pero nosotros la complicamos con matices. Pidamos al Señor -concluye Francisco- la gracia de la sencillez, la transparencia, la gracia de la libertad y de conocer bien quiénes somos ante Dios.