“En la eucaristía se comunica el amor al Señor por nosotros”

jueves, 4 de junio de 2015
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Papa Francisco eucaristía

04/06/2015 – Hoy, el jueves siguiente a la festividad de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, que por motivos pastorales, se suele trasladar al fin de semana siguiente, para fomentar la participación en las celebraciones.

Con la exhortación del Papa Francisco, en la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo de 2014, nos preparamos a la celebración del 2015.

«En la Eucaristía se comunica el amor del Señor por nosotros: un amor tan grande que nos nutre de sí mismo; un amor gratuito, siempre a disposición de toda persona hambrienta y necesitada de regenerar las propias fuerzas»,reiteró el Santo Padre, señalando que «vivir la experiencia de la fe significa dejarse alimentar por el Señor y construir la propia existencia no sobre los bienes materiales, sino sobre la realidad que no perece: los dones de Dios, su Palabra y su Cuerpo»

«El Cuerpo de Cristo es el pan de los últimos tiempos, capaz de dar vida, y vida eterna, porque la esencia de ese pan es el Amor»

«Si miramos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que existen muchas ofertas de alimento que no vienen del Señor y que aparentemente satisfacen más. Algunos se nutren con el dinero, otros con el éxito y la vanidad, otros con el poder y el orgullo. Pero el alimento que nos nutre verdaderamente y que nos sacia es sólo el que nos da el Señor. El alimento que nos ofrece el Señor es distinto de los demás, y tal vez no nos parece tan gustoso como ciertas comidas que nos ofrece el mundo».

Entonces soñamos con otras comidas, como los judíos en el desierto, que añoraban la carne y las cebollas que comían en Egipto, pero olvidaban que esos alimentos los comían en la mesa de la esclavitud, recordó el Obispo de Roma, con su exhortación a dirigirnos confiados a Jesús, para que nos defienda del alimento mundano que nos esclaviza:

«Recuperemos la memoria. Ésta es la tarea, recuperar la memoria. Y aprendamos a reconocer el pan falso que engaña y corrompe, porque es fruto del egoísmo, de la autosuficiencia y del pecado.

Dentro de poco, en la procesión, seguiremos a Jesús realmente presente en la Eucaristía. La Hostia es nuestro maná, mediante la cual el Señor se nos da a sí mismo. A Él nos dirigimos con confianza: Jesús, defiéndenos de las tentaciones del alimento mundano que nos hace esclavos, alimento envenenado; purifica nuestra memoria, a fin de que no permanezca prisionera en la selectividad egoísta y mundana, sino que sea memoria viva de tu presencia a lo largo de la historia de tu pueblo, memoria que se hace «memorial» de tu gesto de amor redentor. Amén».

Fuente: News.va