Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana

viernes, 12 de septiembre de 2025

12/09/2025 – (Fuente: Vatican News) Dirigiéndose a los participantes del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, celebrado en la Basílica de San Pedro, León XIV los insta a preguntarse: «Hermano, hermana, ¿dónde estás?». Una pregunta que resuena en el «negocio de la guerra», entre los migrantes «despreciados», los pobres culpados de su pobreza y entre las víctimas de la soledad. El camino indicado es el de «otra dirección de vida, de crecimiento, de desarrollo».

“Hermano, hermana, ¿dónde están?”

Es la pregunta que deberíamos hacer a quienes sufren la violencia de la guerra, a quienes se ven obligados a abandonar sus países de origen, a quienes son rechazados y encarcelados al margen del mundo; a quienes cargan con el peso de la pobreza y son culpados por ella debido a una lógica que prioriza el lucro sobre las personas. Es la pregunta que también alcanza a quienes, inmersos en la hiperconectividad, viven en la soledad de un silencio inaudito. A ese silencio, debemos responder con la valentía de una nueva dirección en la vida. Al negocio de la guerra, debemos oponer una economía nacida del cuidado, la generosidad y la confianza mutua.

Este es el llamamiento que el Papa León XIV dirige a los participantes en la tercera edición del World Meeting on Human Fraternity (Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana), programado para hoy, 12 de septiembre, y mañana. Este evento, patrocinado por la Basílica de San Pedro, contará con 15 paneles temáticos y talleres, con la participación de figuras de renombre internacional. Entre ellos, se encuentran el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica, vicario general de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Fábrica de San Pedro; Graça Machel Mandela, activista y política, cofundadora de The Elders, organización comprometida con la promoción de la paz, la justicia, los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental; y Maria Ressa, Premio Nobel de la Paz 2021.

La fuerza «silenciosa»
El tema central del evento será un rotundo «no» a la guerra. «Soportar el conflicto, resolverlo y transformarlo en un eslabón de un nuevo proceso», afirma el Papa, recordando la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium de Francisco , «es el camino del fuerte: una sabiduría «silenciosa», pero capaz de unir diferentes culturas y religiones en el reconocimiento mutuo de la fraternidad».

La violencia no es la norma
El conflicto, nos recuerda León XIV, ha estado presente desde los orígenes de las relaciones humanas, en la historia bíblica de Caín y Abel. Sin embargo, no puede convertirse en excusa para decir «siempre ha sido así».

Por antigua y extendida que sea, la violencia de Caín no puede tolerarse como algo normal. Al contrario, la norma resuena en la pregunta divina dirigida al culpable: «¿Dónde está tu hermano?».

Una pregunta que se convierte en «vocación», «regla», «canon de justicia». A la lógica de la venganza, afirma el Papa, Dios opone «una pregunta que acompaña todo el curso de la historia».

Entre guerras, migrantes, pobres y solitarios
Incluido el camino de hoy, donde esta pregunta debe ser interiorizada “más que nunca” como “principio de reconciliación”.

Hermano, hermana, ¿dónde estás? ¿Dónde estás en el negocio de las guerras que destrozan las vidas de jóvenes obligados a portar armas, abaten civiles, niños, mujeres y ancianos indefensos, devastan ciudades, campos y ecosistemas enteros, dejando atrás solo escombros y dolor? Hermano, hermana, ¿dónde estás entre los migrantes despreciados, encarcelados y rechazados, entre aquellos que buscan salvación y esperanza y solo encuentran muros e indiferencia? ¿Dónde estás, hermano, cuando los pobres son culpados por su pobreza, olvidados y descartados, en un mundo que prioriza las ganancias sobre las personas? Hermano, hermana, ¿dónde estás en una vida hiperconectada donde la soledad corroe los lazos sociales y nos hace extraños incluso a nosotros mismos?

La respuesta no puede ser silenciosa: hay que trazar una nueva “dirección de vida” que genere crecimiento y desarrollo.

«Hay un solo origen para todos los pueblos.»
Reconocer a un hermano o hermana en el prójimo nos libera de dos mentalidades, según el Papa: la de «pretender creernos hijos únicos» y la de «socios», que solo comparten intereses específicos. De hecho, no son estas últimas «las que nos hacen vivir juntos». Las tradiciones espirituales y el pensamiento crítico maduro nos han enseñado a trascender los lazos exclusivamente étnicos o de sangre: esas «hermandades» que reconocen lo «similar», negando lo «diferente». León XIV recuerda que, en la Biblia, textos más recientes describen una hermandad fundada en la «humanidad común», más allá de las «fronteras étnicas del pueblo de Dios».

Los relatos de la creación y las genealogías lo atestiguan: hay un solo origen para los diferentes pueblos –incluso para los enemigos– y la Tierra, con sus bienes, es de todos, no de algunos.

«¿Cuánto vale una persona?»
En relación a este último punto, el Pontífice cita la encíclica Fratelli tutti :

Hay un reconocimiento básico, esencial, que es necesario hacer para avanzar hacia la amistad social y la fraternidad universal: darnos cuenta de cuánto vale un ser humano, de cuánto vale una persona, siempre y en cualquier circunstancia.

Los pobres, no «receptores» sino «sujetos»
“Fraternidad” no es otra cosa que “el nombre más verdadero de la proximidad”: redescubrir “el rostro del otro” y en el de los pobres, de los refugiados, incluso de los adversarios, reconocer “el Misterio”, para quien cree, la imagen misma de Dios.

El Papa pidió a los participantes del encuentro identificar proyectos “locales e internacionales” que desarrollen nuevos espacios de “caridad social”, “alianzas entre saberes” y “solidaridad entre generaciones”.

Que sean caminos populares, que incluyan también a los pobres, no como destinatarios de ayudas, sino como sujetos de discernimiento y de palabra.

Una «alianza de lo humano»
Una labor de «siembra silenciosa» que puede florecer en procesos participativos basados ​​en la humanidad y la fraternidad. No es una simple lista de derechos, sino un plan amplio que se concreta en acciones y motivaciones concretas, haciendo que cada persona sea «diferente» en su vida cotidiana.

Necesitamos una amplia «alianza humana», fundada no en el poder, sino en el cuidado; no en el lucro, sino en la generosidad; no en la sospecha, sino en la confianza. El cuidado, la generosidad y la confianza no son virtudes para el ocio: son pilares de una economía que no mata, sino que intensifica y amplía la participación en la vida.

La hermandad crece con la cultura
León XIV concluye agradeciendo a los artistas participantes en el evento, especialmente a los ganadores del Premio Nobel, por la redacción de la Declaración sobre la Fraternidad Humana del 10 de junio de 2023 y por su testimonio internacional. «Sigan fomentando la espiritualidad de la fraternidad a través de la cultura, las relaciones de trabajo y la acción diplomática», exhorta el Pontífice, invitándonos a guardar en nuestros corazones las palabras de Jesús que se encuentran en el Evangelio de Juan:

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.