“Es importante enseñar a rezar a los niños, la oración es cadena de vida”

miércoles, 27 de mayo de 2020
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27/05/2020 – El Papa Francisco afirmó este miércoles 27 de mayo, en la Audiencia General, que “la oración es una cadena de vida” protagonizada por muchos hombres y mujeres “que rezan y rezan, y siembran vida”.

En su catequesis, pronunciada desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, puso un ejemplo para explicar cómo la oración construye esa “cadena de vida”.

“Recuerdo la historia de un hombre, un jefe de gobierno importante, no de este tiempo, de tiempos pasados, ateo que no tenía sentido religioso en el corazón. Pero de niño escuchaba a la abuela que rezaba, y aquello permaneció en su corazón. Y en un momento difícil de su vida, aquel recuerdo regresó a su corazón y comenzó él a rezar con las cosas que decía la abuela, y allí encontró a Jesús”.

Ese es el motivo, insistió el Santo Padre, “por el que es tan importante enseñar a los niños a rezar. A mí me produce dolor cuando encuentro niños a los que les pido que hagan el signo de la Cruz y no saben hacerlo. Enseñarles a hacer bien el signo de la Cruz. Es la primera oración, para que los niños aprendan a rezar. Después, quizás, se pueden olvidar, tomar otro camino, pero aquello permanece en el corazón, porque es una semilla de vida, la semilla del diálogo con Dios”.

Por otra parte, Francisco realizó una descripción de cómo la humanidad pasó de la comunión con Dios al odio fraterno por culpa del pecado, y cómo la fuerza de la oración de unos pocos abrió la puerta a la esperanza en la redención.

“Aunque casi todos se comportaban de manera feroz, haciendo del odio y de la conquista el gran motor de la vida humana, había personas capaces de rezar a Dios con sinceridad, capaces de escribir de un modo diferente el destino del hombre”.

Leyendo sus historias, “subsiste la impresión de que la oración es el dique de contención, el refugio del hombre frente a la ola llena de mal que crece en el mundo”.

Esa oración, incluso parece destinada a pedir “por la salvación de nosotros mismos”. “Esto es importante”, subrayó Francisco. “Es importante. Rezar: ‘Señor, por favor, sálvame de mí mismo, de mis ambiciones, de mis pasiones, sálvame de mí mismo’”.

“La oración, cuando es auténtica, libera de cualquier instinto de violencia y es una mirada dirigida a Dios”. “La oración cultiva jardines de renacimiento en lugares donde el odio del hombre ha sido capaz de extender el desierto”, concluyó el Papa Francisco.